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El comité de empresa de Babcock pide responsabilidades a SEPI

Miembros del comité de empresa de Babcock ocuparon ayer la sede de SEPI en Bilbo, mientras parte de la plantilla cortó la carretera en protesta por la situación de la empresa. Tras confirmar en una reunión con la dirección que la situación «es alarmante», instan a la SEPI a tomar cartas en el asunto como «responsable de una mala privatización». La SEPI, por su parte, indicó que no tiene previsto reunirse con el comité.

N.G. |

Miembros del comité de empresa de Babcock Power se encerraron ayer en las oficinas de Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en Bilbo desde las 10.30 horas, al tiempo que parte de la plantilla cortó el tráfico en el cruce de carreteras situado en la recta entre Barakaldo y Trapagaran para denunciar la «incertidumbre de futuro» que existe sobre la empresa.

Tanto el encierro como el corte de carretera, que transcurrieron sin incidentes y vigilados por la Ertzaintza, se decidieron a primera hora de la mañana tras celebrar una asamblea general. Representantes sindicales manifestaron que la alarma ante el futuro industrial de la factoría crece, mientras observan que SEPI está actuando con «irresponsabilidad y cerrazón» ante este problema.

Responsables del comité reclamaron una «salida de futuro», tras constatar sus temores en una reunión reciente con la dirección de la compañía, en la que ésta habría reconocido que la situación de la empresa «es alarmante».

Casi 500 puestos directos

Además, subrayan que la SEPI está incumpliendo los compromisos y acuerdos adoptados con la parte social en lo que respecta a mantener reuniones, «y eso cuando es la responsable de esta mala privatización y de lo que pueda ocurrir con los casi 500 puestos de trabajo directos y cerca de 2.000 de la industria auxiliar», añadieron fuentes sindicales.

El comité recordó que Babcock es una de las grandes empresas de bienes de equipo, con «un gran peso» en la economía de Ezkerraldea y sigue «rodeada de incertidumbre y sin dar los resultados esperados».

Los representantes de los trabajadores reclamaron que se atienda la situación de Babcock con el objetivo de que Euskadi «no sufra la desaparición irreversible de una empresa como ésta, que ha venido demostrando capacidad suficiente para competir en los mercados nacionales e internacionales».

Por lo que respecta a las movilizaciones de ayer, el representante de ESK en el comité, Roberto Barañano, explicó que pese a que no consiguieron reunirse con ningún responsable de la SEPI, sí lo hicieron con el responsable de la antigua Babcock Wilcox, Salva Galarraga. «Le hemos transmitido nuestra preocupación y que se están incumpliendo el compromiso de la SEPI de reunirse con el comité para decir qué va a hacer». Galarraga se comprometió a interceder ante el presidente de la SEPI para hacerle llegar la preocupación de la plantilla.

Además de las movilizaciones de ayer, Barañano explicó que el comité también pidió una reunión por carta, a la que «su respuesta fue ya no tengo nada que ver con vosotros, la responsable es ATB». «SEPI no se puede desvincular de Babcock, porque es la institución que realizó la venta a una empresa que a todas luces no iba a dar una salida» en una operación con el beneplácito de Europa y que «ha costado un montón de millones de dinero público. SEPI no puede eludir su responsabilidad», denunció.

La respuesta de la SEPI llegó horas más tarde, e indicó que no tiene prevista ninguna reunión con el comité de empresa. La firma indicó que no había ninguna «novedad» respecto a marzo, cuando anunció que daba por concluida su mediación.

Los trabajadores opinan que el fracaso del plan industrial estaba «más que cantado»

«Siempre hemos dicho que ATB no era una empresa solvente como para dar un futuro a Babcock». Con esas palabras describió el representante de ESK en el comité de empresa, Roberto Barañano, el malestar reinante en la plantilla, ahora que según resaltó, han constatado que la empresa «está dando tumbos».

Barañano recordó que la misma firma austriaca ya se quedó al margen como candidato para tomar las riendas de la antigua Babcock Wilcox, «y de julio a setiembre paso de estar descartada a ser la única opción».

El responsable sindical resaltó que tanto LAB como ESK «teníamos informaciones sobre productos con pérdidas que denunciamos en su momento y ahora hemos visto confirmado que en la factoría se está trabajando en proyectos «que se querían quitar». «Lo único que han traído son productos con pérdidas», añadió Barañano. Precisó asimismo que la nueva propietaria de la planta de Galindo ha cerrado el ejercicio con pérdidas económicas y ahondó en que los problemas de gestión son visibles también en «cuatro cambios de directores en un año», así como otros cambios en puestos directivos de la planta en diferentes cargos de responsabilidad.

Por ello, Barañano destacó que a la SEPI lo que se le está pidiendo que emita el informe final sobre el cumplimiento del plan. «Todos estamos convencidos de que el plan ni se ha cumplido ni se cumplirá», sentenció, al tiempo que defendió que la factoría tiene futuro «pero desde otro punto de vista y con otra gestión».

Sobre la actitud de la SEPI, opinó que «no quiere que le rebote el marrón de Babcock. Lo que pretende es pasar desapercibida como responsable de la venta que ha hecho de esta empresa». N.G.

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