montañismo Caminar, mirar y aprender
Poliki Taldea Senderismo con criterio
Dirigido por Gloria Latasa y Nekane Intxausti, Poliki Taldea, sección montañera del donostiarra Club Vasco de Camping, ya ha cumplido cuatro años de salidas. Comenzaron con excursiones cerca de casa, y hoy la demanda les lleva también hasta Alpes.
Andoni ARABAOLAZA | DONOSTIA
A estas alturas, y no es cosa nueva, está más que claro que en el montañismo el aspecto deportivo se impone cada vez más al espiritual o humano. Todo ello es fiel reflejo de lo que tenemos hoy en día en la sociedad, y eso no hay quien lo pare.
Frente a este estado de cosas, la sección de senderismo del Club Vasco de Camping de Donostia, Poliki Taldea, lleva cuatro años transmitiendo «nuevos aires». En ellos, los cronos estratosféricos, las machacadas maratonianas... no tienen cabida y sí la esencia que guarda en su seno el montañismo con criterio. Es decir, actividad deportiva, pero sin dejar que pase desapercibido el gran escaparate que nos ofrece la montaña a su paso.
Gloria Latasa, colaboradora de Gara, y Nekane Intxausti son las promotoras de este grupo de senderismo que recoge en su seno los pilares del montañismo: lo deportivo y la contemplación. Son montañeras de siempre y antes de crear la sección ya organizaban salidas con el grupo montañero; eso sí, más pequeñas que las actuales. No les gusta la idea de hacer monte de una manera competitiva, les va más llevar a la gente al monte, sobre todo en plan iniciación. Vieron que estas excursiones cada vez tenían más demanda, y es que, como se hacían a ritmo tranquilo, muchos socios apostaban por esa vía. Finalmente, se les ocurrió crear dentro del club un grupo que sirviera como escuela de iniciación en la montaña. Casi sin esperárselo, Poliki Taldea daba sus primeros pasos.
Eso fue hace cuatro años, tal y como comentan Latasa e Intxausti: «A nosotras nos gusta llevar gente al monte. La primera excursión fue una media vuelta a Aiako Harria; fue más que suficiente. Son muchos los que reivindican salidas cortas con parada de café, ya que las excursiones de hoy en día de muchas horas les echaban para atrás. Sí, una de las quejas básicas en general con respecto a las salidas tradicionales del club era el elevado ritmo o exigencia deportiva. Nosotras no vamos al monte a correr, pasamos la semana corriendo como para que el fin de semana vayamos al monte a andar a toda velocidad. Vamos al monte a conocer, a aprender. Y para eso creemos que hace falta una dinámica mucho más tranquila. Es imprescindible pararte para ver, para conocer, para aprender... de todo aquello que nos ofrece la montaña, la naturaleza. Desde geomorfología, pasando por la vegetación y la fauna y terminado por la etnografía y la historia. Todo ello está presente en la montaña y, como montañeros, no lo podemos obviar. Nos parece tan interesante subir a una cima como encontrar un crónlech, pararnos y hablar sobre el tema».
Con esa filosofía, con la verdadera esencia de la montaña, nació Poliki Taldea. Un nombre que lo dice todo, y es que en euskara tiene varios significados: no sólo despacio o a ritmo lento, sino también con tranquilidad, con calma.
Y es que son muchos los que piensan que no merece la pena pasar por los sitios sin más. De este modo, el grupo senderista donostiarra quiere aportar y superar esa gran contradicción, la del montañero que no conoce su espacio: «Si estamos constantemente aprendiendo en casa, ¿por qué no en la montaña? Siempre se comenta que en general el montañero es bastante analfabeto en cuanto a lo que pisa o pasa delante de sus ojos. Pero también ha habido curiosidad por el entorno que nos rodea. Nuestra filosofía es una posibilidad más. Algunos hacen montaña por coleccionar sensaciones y otros, por los aspectos físicos y sicológicos. Tenemos la sensación de que hay mucha gente que busca ese montañismo tradicional, de andar a diferentes niveles pero sin pasarse. Los tiempos cambian, y ahora hay socios que nos piden que hagamos salidas más largas. Y, claro está, tampoco podemos pasarlo por alto. Cuando estamos dando alguna explicación, hay quienes son curiosos y preguntan. Preparamos unas fichas explicando lo que vamos a ver. Pero lo bueno es pararse, ver, por ejemplo, el castaño de hace 500 años o contar el hecho histórico. Parar, beber un poco de agua, contar, mirar... es lo que se ofrece», explican las dos veteranas montañeras.
Normas a cumplir
A pesar de que el senderismo sea seguramente la actividad más minimalista del montañismo, las alma mater de Poliki Taldea tienen preparado un guión que hay que cumplir. Latasa, por aquello de detectar bien los ritmos, es la que abre la excursión. Mientras que Nekane, por sus conocimientos de socorrismo, es la que cierra el grupo. Y entre ellas, ni por delante ni por detrás, van los excursionistas. Objetivo: coger un ritmo adecuado para que el que comience la salida tenga la oportunidad de acabarla, que nadie acabe agotado y que el grupo no se fracture demasiado.
«También obligamos a que la gente lleve agua y botas. No zapatillas de montaña. También les aconsejamos que se presenten con una mochila adecuada, que no te destroce la espalda; en definitiva, que pasen de esas mochilas de ocasión que no te dan más que problemas. Y no hay que descartar meter algo de ropa de repuesto en la mochila. Tras acabar la salida, nos juntamos a comer; es tiempo de socializar», añaden Latasa e Intxausti.
En estos cuatro años de existencia, Poliki Taldea ha crecido y mucho. Aunque siguen manteniendo el mismo espíritu, la demanda les ha llevado a abrir el abanico de sus propuestas. Ya no sólo se quedan en Euskal Herria; no, la «presión» de los senderistas del club le ha llevado a crecer, a dar otros saltos y conocer lugares y montañas de otros macizos. Empezaron con excursiones mensuales, de esas típicas salidas de domingo; una al mes. Era el 2003. Pero ya para su segundo cumpleaños, Chamonix entró en la agenda. Se iban a los Alpes, pero no a hacer cuatromiles, ni grandes recorridos de desniveles muy importantes. No, seguían apostando por ese senderismo que no exige conocimientos técnicos. Solamente debían seguir con sus principios: caminar, mirar y aprender.
En la actualidad, Poliki Taldea no para: «Es curioso cómo hemos evolucionado. Las primeras salidas eran cortas, luego pasamos por las travesías clásicas que son muy recuperables, como la GR20 de la vuelta a Aralar por etapas... Pero los tiempos cambian y la gente te pide más», explican las promotoras de este grupo. Lo cierto es que tienen una gran demanda, que hay mucha gente que quiere practicar senderismo. Por ello, hoy en día organizan dos excursiones por fin de semana. Pero también hay quienes les piden un poco más nivel, y que salgan fuera. «Así, llevamos tres años en los Alpes y la gente se ha encontrado muy cómoda -continúan-. Vamos, por ejemplo, a Chamonix, y hacemos desde el típico paseo por el fondo del valle hasta el Tour del Mont Blanc. Apostamos por recorridos alejados, evidentes y que aporten. Ahora, por cambiar, nos vamos a los Alpes centrales, a Auvernia. Y el autobús está completo».
«Todo esto está bien, pero por aquí, en Euskal Herria y sus alrededores, todavía hay muchas cosas por hacer y conocer -concluyen Latasa e Intxausti-. Algunos ya nos hacen alguna propuesta que otras, ¡estaríamos encantadas de que nos dieran ideas! Se fían de que lo que elegimos les va a gustar. Al tener tanta demanda, desde el club nos dicen que por qué no montamos dos autobuses. Nosotras no creemos que sea lo más conveniente, y es que llevar a más de cien personas al monte nos parece que es la agresión más absoluta a la montaña. Además, si llevar a cincuenta ya es una gran responsabilidad, juntar a cien sería la leche».