El centro Koldo Mitxelena de Donostia presentó ayer la exposición «Una vida pintada, Aurora Bengoechea 1943-1991» en homenaje a dicha artista que falleció en 1991 a los 47 años.

La presentación corrió a cargo del director del centro, Frantxis López Landatxe, la hermana de la artista, Elena Bengoechea, y de Maya Aguiriano y Carmen Monreal, que han participado en la creación del catálogo de las 375 pinturas de la artista. Dicha publicación ha sido coeditada por la familia y la Diputación Foral de Gipuzkoa.

Ésta es la cuarta vez que se expone la obra de Aurora Bengoechea en Donostia; la primera muestra tuvo lugar en 1977 en la sala de Caja Laboral. Según afirmó Maya Aguiriano, «es el momento de familiarizarse con su obra, disfrutarla, apreciarla y situarla en el lugar, que por calidad, se merece». También declaró que le gustaría «que en un futuro el nombre de Bengoechea se asociara al de otros artistas que se dieron a conocer en la década los 70 como Vicente Ameztoy, Adrián Ferreño, Marta Cárdenas, Ramón Zurriarain o Juan Luis Goenaga». Aguiriano consideró, asimismo, que Bengoechea «se merece estar dentro de esa generación de artistas que destacó por su propia identidad, ya que su obra tiene mucha singularidad que explica que sea menos conocida».

La muestra que recopila treinta de sus cuadros sobre lienzo en la Ganbara del Koldo Mitxelena va acompañada de un extenso catálogo que ha sido realizado por la historiadora de arte Maya Aguiriano y por Carmen Monreal y en la cual ha participado también la familia de la artista. De hecho ha sido su hermana Elena quien ha asumido gastos y esfuerzos para conseguir preservar la esencia de Aurora, «para que siga vigente y sea recuerdo y realidad de una vida dedicada a la creación». López Landatxe declaró que «no es habitual catalogar todas las pinturas de un artista. Por esa razón este libro es una novedad ya que «reúne toda su obra pictórica menos los dibujos». Landatxe insistió en que «es un hecho excepcional que ha sido fruto del tesón y del amor de una familia por una pintora que desapareció muy joven».

«Una vida llena de colores»

El visitante de la exposición podrá conocer la evolución que tuvo la pintura de Aurora Bengoechea a lo largo de su vida. Destaca en su obra el tratamiento del espacio y del tiempo desde una perspectiva libre y diferente a la vez que llena sus cuadros de vivencias, contenido humano y contenido social. Aurora Bengoechea tenía, según Aguiriano, «unas extraordinarias dotes para manejar el color, una vivencia del paisaje que lo eleva a un alto tono poético y una imperiosa necesidad de pintar su vida».