La Policía española detuvo en la madrugada de ayer a los jóvenes Gorka Belasko, Koldo Moreno, Xabier Fernández de Gamarra y Urko Arroio, en una operación en la que los agentes actuaron de forma muy violenta y de cuyo desarrollo informó a mediodía el ministro español de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Belasko, Moreno y Fernández de Gamarra fueron detenidos en Gasteiz, mientras que a Arroio lo arrestaron en Agurain. A los cuatro, Rubalcaba les acusó de formar «el núcleo dinamizador de la kale borroka» en Araba, y les atribuyó la autoría de 40 sabotajes en este herrialde. La operación fue ordenada por el juez Baltasar Garzón.

La Policía registró otros dos domicilios en la capital alavesa, en busca de otras personas. Según informó Askatasuna, se trataría de Francisco Lomas e Ibai Peña. En el domicilio familiar de este último, los policías golpearon a su madre, Sorne, causándole heridas en la cara y en las extremidades, y destrozaron el inmueble, según explicó la propia afectada en declaraciones efectuadas a GARA.

Es la tercera vez que las fuerzas policiales españolas entran a su casa en busca de alguno de sus hijos, y no dudó en afirmar que la de ayer fue la más dura. «Ha sido horrible, ha sido horrible», repetía sin cesar y sin poder contener la emoción al recordar la dura experiencia, que se prolongó durante toda la noche. Explicó que eran en torno a las 00.30 cuando oyó que golpeaban con fuerza la puerta de su casa. «Me atropellaron», explicó al recordar lo sucedido a continuación. «¡Tírate al suelo! ¡Tírate al suelo!», le gritaron, encañonádola con sus pistolas, dos inspectoras «muy jóvenes» de la Policía española. Posteriormente, no cesaron los gritos y las preguntas sobre su hijo, que, como ella explicaba, hace tiempo que no convive en el domicilio familiar.

Cuando, en un momento de la noche, la vecina de Gasteiz, que ha denunciado los hechos, señaló a uno de los policías que la había golpeado, al grito de «has sido tú», éste, con el secretario judicial delante, replicó tocándose los genitales y diciendo «si me metes una denuncia me vas a tocar los huevos».

Por otro lado, fuentes policiales aseguraron que las detenciones son fruto de «meses de vigilancias y seguimientos» que «permitieron determinar la identidad de los cabecillas de la violencia callejera». Lo que no concuerda con el hecho que no supieran que una de las personas que habían ido a buscar hace tiempo que no vive allí.

A los detenidos les van a realizar las pruebas del ADN para cotejarlas con las recogidas por la Ertzaintza en los escenarios de varios sabotajes.

La defensa de los cuatro jóvenes, que se hallan incomunicados, solicitó ayer a Garzón que aplique en este caso las medidas decretadas por este mismo juez en otras ocasiones, como la grabación en video de las celdas en las que se encuentran los detenidos, que un médico de confianza pueda visitarlos y se comunique a los familiares el lugar en que se encuentran.

El magistrado accedió a esta petición -también se ha aceptado para Aritz Arginzoniz, detenido en Santander-, aunque el médico de confianza todavía no había podido visitarlos al cierre de esta edición.

Torturaren Aurkako Taldea (TAT) expresó su preocupación por el trato que puedan estar sufriendo y reclamó que sean enviados de inmediato a presencia del juez poniendo fin a la incomunicación.

Como puso de relieve este colectivo, «el hecho de que se haya obligado a aplicar estas medidas supone admitir que la tortura existe» y, además, las medidas decretadas «si bien pueden dificultar la tortura, no garantizan que desaparezca».