El ex ministro francés de Economía y Finanzas, el «socialista» Dominique Strauss-Kahn, es un reconocido economista, que se define como «socialdemócrata moderno». DSK, como se le conoce, fue derrotado el pasado otoño por Ségolène Royal en la pugna por la candidatura del Partido Socialista (PS) en la carrera al Elíseo, una carrera que se saldó con el triunfo del derechista Nicolas Sarkozy.

El que fuera estandarte de la liberalización a su truncado paso por el Ministerio de Economía y Finanzas (1997-99) del gobierno de Lionel Jospin abogó, durante su frustrada campaña de 2006, por refundar el «compromiso social» y «adaptar la socialdemocracia europea a la globalización».

Antes fue pieza clave de ese Ejecutivo y crítico de la reducción de la semana laboral a 35 horas. Etapa en la que DSK se gana la etiqueta de liberal con grandes privatizaciones (como France Telecom y Air France) y el aplauso de los medios empresariales, que le ven como a «uno de los suyos».

DSK, que rechaza la imagen de «diletante» que le ha perseguido, se empleó a fondo por el «sí» a la Constitución europea en la campaña del referéndum que dividió al PS y que se saldó con el triunfo del «no» en 2005. Tras la derrota de Royal en las Presidenciales se mostró muy crítico con su partido y en junio dejó el buró estatal de la formación.