París reúne a los partidos libaneses y defiende la presencia de Hizbulah
Los participantes en la reunión que desde ayer acoge en París a los partidos libaneses para intentar abrir vías de diálogo y acabar con la crisis institucional del país no han querido ofrecer grandes expectativas. El Gobierno francés, mediador en el encuentro, defiende la participación de Hizbulah, una fuerza política más en el Parlamentó libanés, frente a la calificación de «organización terrorista» por Israel y EEUU.
GARA |
Una reunión informal, a puerta cerrada y sin orden del día preestablecido reúne desde ayer a los representantes de los partidos libaneses en París, y en presencia del jefe de la diplomacia francesa, Bernard Kouchner, para intentar abrir vías de diálogo en un clima de tensiones y de bloqueo político.
El encuentro en el castillo de La Celle Saint-Cloud, una residencia oficial al oeste de País se inició en presencia de 14 formaciones, incluida Hizbulah y concluirá hoy, un día antes de lo previsto. Aunque no se prevén anuncios espectaculares, Kouchner ha pospuesto la información sobre el encuentro a una rueda de prensa esta tarde. En la reunión participan entre treinta y cuarenta personas, entre ellas varios ministros libaneses y cerca de una veintena de diputados llegados de Beirut, según los organizadores.
París quiere que los políticos libaneses retomen el diálogo roto tras el conflicto con Israel de 2006 y la dimisión el pasado mes de noviembre de los ministros opuestos al Gobierno de Fuad Siniora, apoyado por los estados occidentales y varios países árabes. Esta crisis ha mantenido al país en la parálisis institucional y corre el riesgo de agravarse al aproximarse las elecciones presidenciales, previstas para el 25 de setiembre.
A la crisis institucional se añaden los problemas de seguridad provocados por atentados y los enfrentamientos entre el Ejército libanés y los activistas de Fatah al Islam, atrincherados aún en el campo de refugiados palestino Nahr al Bared).
Kouchner, que desea jugar un papel de «facilitador», piensa invitar a los participantes a abstenerse de todo contacto fuera del ámbito de la reunión, con el fin de evitar «toda interferencia exterior», según indicaron fuentes de su Ministerio.
Críticas de Israel
La presencia de la delegación de Hizbulah ha provocado críticas de Israel y de la comunidad judía en el Estado francés, que, al igual que EEUU, afirman que se trata de «una organización terrorista». El propio presidente francés, Nicolas Sarkozy, a la vez que se preparaba la reunión, denunció el lunes las «acciones terroristas» de Hizbulah, intervención que llevó a los responsables franceses a delicadas matizaciones para no comprometer la participación de este actor clave de la oposición libanesa.
Así, París ha multiplicado las declaraciones que subrayan que Hizbulah está invitado en tanto que se trata de una fuerza política presente en el Parlamento libanés, y que el Estado francés no tiene intención de solicitar su inscripción en la lista europea de «organizaciones terroristas». El Gobierno sirio, a través del diario gubernamental Techrine, pidió al Estado francés que se comporte como «un mediador honesto».
El emisario francés Jean Claude Cousseran, encargado de preparar el encuentro, ha viajado a Washington, Beirut, El Cairo, Teherán y Rabat, pero no a Damasco, debido el enfriamiento de las relaciones tras el atentado contra el antiguo primer ministro libanés Rafic Hariri. El ministro francés de Defensa, Hervé Morin, por su parte, debe reunirse hoy en Beirut con el primer ministro Fuad Siniora así como con su homólogo Elias Murr.
Los responsables franceses así como los partidos libaneses han subrayado durante los últimos días que se trata de «una iniciativa de buena voluntad», advirtiendo contra excesivas expectativas sobre el resultado de la reunión.
Desde Túnez, el secretario general de la Liga Arabe, Amr Musa, ha saludado también esta reunión como «un elemento para facilitar el diálogo», pero previno que «no hay que esperar más» de ella.
El campo de refugiados palestinos de Nahr al Bared volvió a vivir ayer bombardeos e intercambios de disparos con el intento del Ejército de ganar terreno a los islamistas de Fatah al Islam. Los islamistas opusieron disparos de armas automáticas mientras el Ejército bombardeaba con artillería y obuses el sur del campo donde se encuentran las posiciones de Fatah al Islam. Atrincherado durante ocho semanas en el enorme campo de refugiados, ahora convertido en ruinas, el grupo islamista controla un territorio de unos dos kilómetros cuadrados, según un portavoz del Ejército, que aseguró que los islamistas dispararon ocho cohetes Katiusha que cayeron sobre los alrededores del campo sin causar víctimas.
«La batalla se aproxima a su fase decisiva y la solución militar no llevará mucho tiempo. Debemos esperar un enfrentamiento brutal por parte de Fatah al-Islam», afirmó el representante de Al Fatah en Líbano, Sultan Abu al Eynein, en una rueda de prensa en el campo vecino de Al Beddawi. «El Ejército va a intentar controlar la totalidad del campo probablemente durante las próximas 48 horas», añadió. Según Sultan Abu al Eynein, los cohetes disparados hacia el exterior del campo son «los últimos cartuchos de Fatah al Islam, que pensaba que el Ejército pondría fin a su ofensiva».
El jueves y viernes se produjeron enfrentamientos en los que murieron once soldados. Según el Ejército, los 31.000 refugiados han sido evacuados y en el campo sólo permanecen unas decenas de miembros de Fatah al Islam y sus familiares. El número de víctimas puede superar los 200.
El Consejo Judío del Estado francés publicó ayer anuncios en prensa afirmando que Hizbulah «no es bienvenida en Francia». La Unión de Estudiantes Judíos ha organizado hoy una manifestación de protesta.