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PROTAGONISTAS Etapa, montaña y general para Rasmussen

El líder se muestra cauto pero no descarta nada

Pese a reconocer sus limitaciones contrarreloj, Rasmussen cree que en este Tour «todo es posible»

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Joseba ITURRIA | ENVIADO ESPECIAL

Michael Rasmussen vivió ayer su mejor jornada como ciclista profesional, al lograr su tercera victoria de etapa en el Tour, tras las conseguidas en 2005 en Mulhouse y en 2006 en La Toussuire. Dos años en los que se adjudicó el premio de la montaña, camino que el danés parece haber emprendido de nuevo.

Además, por vez primera, viste el maillot de líder, aunque sus limitaciones contrarreloj parecen demasiado grandes como para incluirle en el grupo de favoritos al triunfo.

Lo más curioso es que el antiguo campeón del mundo de mountain bike ha anunciado su intención de dejar la bicicleta carretera y recuperar la de montaña durante un año para probar suerte en la Olimpiadas. Puede que el Tour le haga cambiar de opinión.

De momento, y pese a confesarse «realista», Rasmussen no descarta nada de cara a lo que pueda suceder en las dos próximas semanas. «Todo es posible», aseguró.

El escalador de Rabobank reconocía que, con su exhibición camino de Tignes, se había quitado una espinita. «El objetivo del día era deshacerme de la frustración de no haber atacado ayer por la victoria. Hemos intentado tener la carrera controlada y al pie del Cormet de Roselend he sentido que era el momento de atacar». Y a partir de ahí, a tirar millas con una exhibición que casi no esperaba ni el propio Rasmussen. «Yo mismo estaba sorprendido de ver la diferencia que iba acumulando en la subida de Hauteville -confesó- porque no es una ascensión fácil en solitario».

Lo cierto es que al final no le bastó con Hauteville y Tignes también se rindió a su pedaleo. El premio, triple: etapa, maillot a puntos y maillot amarillo. Y unas sensaciones que, pese al hándicap de las contrarrelojes, llenan de ambición al danés. «Tengo un equipo fuerte y hemos probado en los dos últimos años que todo es posible, incluso defender las dos camisetas -recordó-. Además, los Pirineos serán aún más difíciles que los Alpes, así que todo es posible. Es verdad que quedan 110 kilómetros de contrarreloj individual, que no es exactamente mi especialidad y por eso prefiero ser realista en cuanto la maillot amarillo. Pero todo es posible. Para empezar, lo que más me interesa es el maillot de la montaña y creo que puedo defenderla», destacó».

Moreau, contento a medias

No llegó tan contento a meta Christophe Moreau. El francés estaba muy satisfecho con su trabajo, que rompió la carrera camino de Tignes, pero no tanto con el de sus compañeros de grupo, más preocupados en aguantar sus ataques que en colaborar «Cada uno tiene que coger su responsabilidad, yo he expuesto mucho, pero apenas he sido relevado más que un poco por Valverde y es un poco desmoralizante porque podíamos haber dejado a Vinokourov y a Kloden fuera de carrera y no lo hemos hecho», lamentó.

«Todos teníamos intereses comunes en la general -prosiguió- y es una pena no haberlo hecho mejor. Como veía que nos recortaban la distancia, al final he decidido darlo todo, pero me he quedado sin fuerzas y he acabado perdiendo tiempo con Mayo y Valverde».

Pese al pequeño disgusto, el campeón francés destacaba que «la moral está bien, tengo una gran motivación. Es evidente que aquí no se hacen regalos, así que vamos a seguir intentándolo y atacar como en la última subida». Claro que mañana «tenemos el Galibier y eso ya es otra cosa», reconoció.

El que perdió la sonrisa en Tignes fue Linus Gerdermann, pese a que aún se sitúa en una meritoria segunda plaza. «Lo he intentado mientras he podido e incluso ha habido un momento en que he creído que podía conservar el amarillo», aseguró. Lo cierto es que fue un mal día para su equipo, con la retirada de Michael Rogers, y el alemán considera que «tendremos que revisar nuestra táctica y nuestras opciones».

MOREAU

«Es desmoralizante ver que hemos tenido la oportunidad de dejar fuera de carrera a Vinokourov y a Kloden y no lo hemos hecho. Teníamos intereses comunes porque la etapa no estaba entre nosotros, y apenas me han relevado».

Iban Mayo, con buenas sensaciones

Michael Rasmussen fue el protagonista absoluto de la primera jornada alpina propiamente dicha, con una cabalgada que le valió el triunfo y el liderato.

Pero no fue, desde luego, el único. Sobre todo para la afición euskaldun, que vibró con un Iban Mayo que parece recuperar su mejor versión. «Me he encontrado bien -reconocía el vizcaino en línea de meta- y había que aprovechar el momento».

Da la sensación, por fortuna, de que no fue flor de un día porque el corredor de Saunier Duval tiene ganas de volver a levantar los brazos. Y el de ayer era uno de los días que tenía marcados. «La pena es que Rasmussen ha atacado muy de lejos y después ya tenía mucha ventaja y poco terreno como para intentar cazarle», lamentó.

También volvió a haber protagonismo para los corredores de Euskaltel-Euskadi, muy activos en la primera parte de la etapa y no tanto en los momentos decisivos. Por eso Gorka Gerrikagoitia consideraba que la jornada transcurrió «más o menos bien. Haimar ha estado en su sitio, con los hombres fuertes y también hemos metido gente en la escapada del día. La pena es que las fuerzas no nos han permitido estar arriba al final», admitió.

Más satisfecho Eusebio Unzue, que realizaba «un balance muy positivo» para Caisse d'Epargne. «Hemos tenido la confirmación de que Oscar (Pereiro) está bien -destacó el director navarro- y no ha tenido problemas para mantenerse con los mejores. Y Alejandro en su línea, ha estado con los primeros, porque a Rasmussen ni le vamos a contar con la exhibición que ha hecho».

Unzue destacó asimismo, la buena imagen ofrecida por Mayo. «Ha demostrado que habrá que contar con él», aseguró.

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