EAE-ANV no está de acuerdo con que la problemática de Sabino Arana se traslade al área de Basurto-Olabeaga, a pesar de respaldar la demolición el actual viaducto de acceso a la A-8. Apuestan por una política con la que se evite la entrada de más vehículos privados en Bilbo, potenciando el transporte público, su intermodalidad y la apertura de nuevos aparcamientos disuasorios, postura que choca con la construcción de los nuevos accesos a través de San Mamés que impulsan la Diputación y el Consistorio bilbaino.

La formación ekintzale insistió ayer en que el problema de Bilbo es «sacar» los coches de sus calles, tal y como lo han señalado varios informes del propio Ayuntamiento. El nuevo vial, subrayaron, meterá los vehículos en el centro de la villa, a la vez que genera contaminación acústica a los residentes en los barrios de Santiago, Santa Ana, Altamira, Olabeaga, Ribera de Deustu, y lo que consideran más preocupante, el cercano Hospital de Basurto.

Asimismo, apuntan que el túnel de montaña bajo el barrio de Santa Ana provocará más polución a sus habitantes, precisamente 25 de sus familias verán como sus viviendas se derriban, sin olvidar que Olabeaga quedará aislado del resto de la capital.

Zuriñe Zorrozua pidió al Consistorio y a Bilbao Ría 2000, que hagan público su compromiso de no construir un puente entre Olabeaga y Deustu, infraestructura que «produciría un evidente impacto negativo». Esta infraestructura -recordó la electa de ANV- la sigue contemplando la empresa foral Interbiak en sus planes viarios para la capital y es rechazada por los vecinos.

La formación ekintzale propone que la solución definitiva a esta problemática se adopte tras una consulta ciudadana vinculante entre los afectados.