El bloqueo por Rusia de todas las resoluciones presentadas en el Consejo de Seguridad para abrir un proceso que desemboque en la independencia de Kosovo está terminando con la paciencia de la población albanesa mayoritaria en el enclave.

Agim Çeku, comandante de la guerrilla UÇK y primer ministro de Kosovo, amenazó ayer con proclamarla de forma unilateral el 28 de noviembre, fecha en la que en 1912 Albania proclamó su independencia tras un siglo de lucha.

Çeku, quien manifestó que se trata de una idea personal que aún debe ser consensuada con otros miembros del equipo negociador albano-kosovar, indicó que el Parlamento kosovar tendría que aprobar una resolución sobre la fecha de proclamación de la independencia tras su regreso de EEUU, donde el lunes se reunirá con la secretaria de Estado, Condoleezza Rice. «EL 28 de noviembre es una fecha de celebración dentro de nuestra historia, por eso queremos hacerla aún más majestuosa», señaló Çeku, aireando el fantasma de la Gran Albania. Una idea-fuerza que, a pesar de contar con adeptos en Kosovo -y en la vecina Macedonia- fue sacrificada en aras al entendimiento con Occidente en torno a un Kosovo libre y soberano.

El proceso del estatuto de Kosvo se encuentra bloqueado en la ONU tras un nuevo rechazo de Rusia de un proyecto de resolución propuesto por EEUU y la UE. Rusia ha amenazado con vetar cualquier solución impuesta a Belgrado.

A última hora de ayer, EEUU y sus aliados de la UE decidieron devolver el expediente al Grupo de Contacto tras constatar que Moscú iba a votar en contra de una resolución que proponía otros 120 días para tantear un prácticamente imposible acuerdo Belgrado-Pristina.