De tríos formidables e inusuales experiencias multimedia
Javier ASPIAZU
El trío sueco de Esbojrn Svenson visitó Gasteiz, por primera vez, hace 6 años, cosechando un resonante éxito, y desde entonces su carrera no ha cesado de ascender convirtiéndose hoy en uno de los más seguidos por el público. En esta ocasión mostraban varios de los temas pertenecientes a su último disco, «Tuesday in Wonderland». Una vez conocida, la fórmula del E.S.T. parece sencilla: bajo y batería suelen marcar patrones rítmicos muy acentuados, casi en ostinatto, para lanzar al pianista a febriles improvisaciones que antes de llegar a un posible clímax se resuelven en imprevistos cambios de ritmo. Maestros en los matices e intensidades, recrean con igual perfección una balada sigilosa que un intenso tema de vanguardia. Por eso, sus atmósferas de íntimo recogimiento suelen derivar en obsesivas indagaciones melódicas. Se mueven no sólo en la frontera de los géneros del jazz (tercera corriente, freebop) sino también de la música contemporánea, merced a su inteligente exploración de las posibilidades del sonido a nivel electrónico. Todo ello deriva en un sonido íntimo y personal, fascinante para un amplio público, como el que abarrotó el Teatro Principal.
McCoy Tyner, por su parte, representó en Mendizorrotza una concepción del piano jazz más enraizada en la tradición negra, pero no menos atractiva. El que fuera pianista del legendario cuarteto de Coltrane, en mejor estado físico que el año pasado, cuando actuó en Donostia al frente de un abúlico all stars, ofreció un concierto pleno de brío y energía. Con la complicidad de otro veterano en espléndida forma, como es el saxofonista Gary Bartz, recorrió temas clásicos de su mejor etapa post bop para los sellos Blue Note y Milestone.
Tyner, usando a menudo el pedal, como es habitual en él, para conseguir el sonido más brillante posible, se permitió profundizar en intrincadas armonías a lo largo de sus características frases río, pero sin perder de vista en ningún momen- to el que pareció su objetivo, plenamente cumplido, durante la actuación: hacer disfrutar al público con espléndidas versiones de su mejor música de los años setenta.
A continuación, el gran montaje de esta edición del festival nos dejó momentos de máxima satisfacción musical junto a otros de cierta confusión. El trompetista Terence Blanchard al frente de su quinteto y con la colaboración de la orquesta sinfónica dirigida por Iker Sánchez recreó con desigual fortuna la música que compusiera para diversas películas de Spike Lee. (Ilustradas éstas con fotogramas o secuencias proyectadas sobre sendas pantallas gigantes a ambos lados del escenario). En este tipo de aparatosas aproximaciones al universo musical de un autor (el Blanchard compositor de bandas sonoras, en este caso), lo más problemático es la selección de piezas musicales y la hilación coherente de todo el material artístico y humano. Aquí encontramos los aspectos más discutibles del interesante experimento vivido en Mendizorrotza: tiempos muertos, lentas transiciones, fotogramas de limitado interés, presentaciones excesivas, quitaron brillantez a un espectáculo que, por otro lado, se benefició con las apariciones sucesivas de tres excelentes vocalistas (Patti Austin, Hill Saint Soul y Bilal, de voz y estilo poderosos) y la indudable calidad y brillantez de la música de películas como «Malcolm X», «Mo' better blues» y «When the leeves broke» (documental sobre el huracán Katrina todavía pendiente de estreno). Si a eso unimos la eficacia de la orquesta dirigida por Iker Sánchez, no puede considerarse sino positivo, a pesar de los baches mencionados, el resultado general de este inusual experimento multimedia.
Ahora nos tienta la pregunta: ¿podría repetirse la experiencia con otros jazzmen compositores de bandas sonoras?
Grupos: Esbojrn Svenson trío /
McCoy Tyner trío ;
Terence Blanchard Quintet
con la orquesta dirigida por
Iker Sánchez.
Lugar: Teatro Principal / Polideportivo de Mendizorrotza.
Fecha: 19-7-2007.