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La afición vasca tomó posiciones en el aubisque y esait celebró su fiesta

Los dieciocho kilómetros de subida al Aubisque comenzaron a ser el destino de cantidad de aficionados vascos que empezaron a vestir de rojo, verde, blanco y naranja la última gran subida del Tour, que también servirá de escenario para reivindicar la oficialidad de las selecciones vascas.

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El Tour vivirá esta tarde su última jornada de montaña con final en el mítico Aubisque, donde la afición vasca comenzó a coger posiciones ayer para seguir la etapa reina de la carrera. Toda la subida estaba repleta de autocaravanas, algunas de ellas llegadas desde Euskal Herria, de donde procedían la mayoría de los restantes vehículos, furgonetas y tiendas de campaña. En ellas hicieron noche miles de aficionados vascos que poblaron la subida de ikurriñas, de indumentaria naranjas y de pancartas reivindicativas para exigir la repatriación de los presos políticos vascos y la oficialidad de las selecciones vascas.

La plataforma ESAIT fue fiel a su cita anual con la cumbre más cercana a Euskal Herria para colocar allí sus carpas y celebrar en la víspera su Euskal Jaia, que sirvió de punto de encuentro para los aficionados vascos que se acercaron a la cumbre del Aubisque. A un kilómetro del alto estaba colocada el escenario de una fiesta que cuenta con el apoyo de GARA y allí repartieron pintxos y sidra al tiempo que se vendía material de la plataforma que ha conseguido que el Tour sea el escaparate ideal para reivindicar la oficialidad de las selecciones vascas.

Se pudo escuchar música vasca, jugar a la toca y entrar en calor, porque el sol que lucía en Pau estaba escondido en el Aubisque, donde una densa niebla hizo que la temperatura fuera muy fresca para pasar una noche a 1.700 metros de altitud.

Una subida mítica para los cicloturistas

Para entrar en calor, la marcha cicloturista que organiza ESAIT partirá hoy a las diez de la mañana desde Les Eaux Bonnes con dirección a la cima del Aubisque para reivindicar la oficialidad de las selecciones vascas. Pero fueron muchos los que no esperaron a la jornada de hoy para subir el Aubisque. Durante la tarde de ayer fueron centenares los cicloturistas que subieron la mítica cima pirenaica y la mayoría eran vascos. Salvo en las zonas habilitadas para las autocaravanas, la gran mayoría de los valientes que se acercaron a hacer noche en el Aubisque llegaban de Euskal Herria, con sus ikurriñas, sus banderas del Athletic y Real, sus pancartas reivindicativas y, sobre todo, con las camisetas y gorras del Euskaltel Euskadi.

Hoy serán muchos más los que se acerquen a la cumbre, porque para las cuatro de la tarde de ayer ya se cerraron los accesos al puerto y muchos se quedaron en Gourette, a cinco kilómetros de la cima, donde todas las plazas de aparcamiento estaban cubiertas. Pese a todo, se espera que hoy se produzca una llegada importante de aficionados vascos que pongan el colorido a una prueba que, tras todos los escándalos de dopaje, ha visto disminuir ligeramente el número de aficionados en los bordes de la carretera.

Los aficionados vascos acudirán además con la ilusión que ha levantado el equipo Euskaltel Euskadi en su mejor Tour desde el 2003 y con la esperanza de que Iban Mayo se parezca más al corredor de Alpes que al de Pirineos. Pero no sólo ellos serán animados. Isasi ha sido el corredor que más veces ha visto pintado su apellido en la carretera y ayer ya se podía ver a un buen número de aficionados de Berriatua con pancartas de ánimo para Amets Txurruka. Eran tantos los aficionados vascos desplazados que los puestos instalados en la subida para vender bebidas y alimentos colocaron ikurriñas a modo de reclamo con la esperanza de adelantar su agosto en este fresco final de julio.

Joseba ITURRIA

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