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Iratxe FRESNEDA, Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual

De vampiras, el sexo que vende y el cine (I)

El cine repite los esquemas de la vieja mitología, sobre todo si hablamos de Hollywood. Aunque algo más al norte fue donde nació la figura de la «vamp», la mujer hecha para el placer, hija de las mitologías mediterráneas y nórdicas y que inició la carrera de la mujer fatal, arquetipo de la fagocitadora de hombres al que se envolvió de una publicidad, en algunos casos, de película

El sexo vende. Todo producto que incluya algo sexual, ya sea un libro, un anuncio o una película, obtendrá sustanciosos beneficios. En el cine, cada vez que se destapa a un señor/a o una pareja hace x ejercicio, el escándalo está servido. Claro está que este escándalo lleva patrocinio publicitario, vamos, que están encantados de señalarnos lo indecente del asunto para que así aparezca en todos los telediarios. La técnica, obviamente, no es nueva, y en el caso de haber mujeres por medio, el resultado es...

Así mirado, lo de la «cosificación de la mujer» suena a ingenuo en este tejemaneje. El cine, en la mayoría de los casos, repite los manidos esquemas de la vieja mitología, sobre todo si hablamos de Hollywood. Aunque algo más al norte fue donde nació la figura de la «vamp», la mujer hecha para el placer, hija de las mitologías nórdicas y mediterráneas y que inició la carrera de la mujer fatal, arquetipo de la fagocitadora de hombres al que se envolvió de una publicidad, en algunos casos, de película. Dicen que la cuna de la vampiresa fue Dinamarca. Su nombre: Clara Pontoppidam, la única actriz que repitió junto a Carl Theodor Dreyer y que participó en una de las películas más estimulantes sobre la hechicería; «La brujería a través de los tiempos», de Benjamin Christensen. Un documental sobre la brujería y el culto a Satanás que fue pionero al abordar el tema dándole forma de falso documental. Poco se sabe de la actriz de Copenhague. Antes de que estos arquetipos eróticos «desaparecieran» tras la I Guerra Mundial víctimas de la «revolución moral», nacía Theda Bara (anagrama de Arab Death, muerte árabe). La actriz fue un producto cocinado en los laboratorios de la Fox. Desde los estudios se encargaron de correr la voz de que había nacido en el Sahara, que era hija de un oficial francés y una muchacha árabe que falleció tras su nacimiento. Theodosia Burr Goodman, que así se llamaba, nació en los suburbios de Abonadle en Cincinnati (Ohio), pero la apasionada y exótica historia sobre su procedencia resultó ser más sugerente para el público. Sus apariciones en la pantalla y sus escándalos en la vida privada removieron de sus asientos a las organizaciones más puritanas, quienes alegaban que practicaba el espiritismo y las ciencias ocultas. Por algo la presentaban desde Hollywood como «la mujer más perversa del mundo». Claro que después llegarían otras....

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