En una entrevista publicada ayer por el diario «Le Parisien», Brice Hortefeux, ministro de Inmigración, Integración, Identidad Nacional y Codesarrollo, señaló que ya están dándose los primer frutos de la política de su Gobierno de aumentar el control para expulsar a los inmigrantes en situación irregular, ya que 10.000 personas han sido objeto de controles desde comienzos de año, que han conducido a la detención de 275 empresarios y 536 extranjeros que trabajaban sin tener permiso de residencia, «un aumento del 300%» respecto al mismo período de 2006.

«Se tiene que respetar la ley y los infractores deben ser condenados», señaló el ministro que se felicitó de «la ejemplaridad» de la pena firme de 18 meses de cárcel impuesta por un tribunal francés a dos responsables de una empresa de construcción de Bretaña por haber empleado a trabajadores turcos en situación irregular.

Sin «ambigüedad posible»

Desde el pasado 1 de julio los empresarios tienen la obligación de acudir a las prefecturas (delegaciones del Gobierno galo), para que éstas verifiquen la validez de los permisos de residencia que les presenten los extranjeros candidatos a un puesto de trabajo, una medida con la que «no habrá ambigüedad posible».

El responsable de este nuevo Ministerio creados por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, como una de sus principales promesas electorales, justificó esa política contra los extranjeros en situación irregular porque «las primeras víctimas de la inmigración clandestina son los extranjeros que han realizado» el procedimiento de integración de manera legal.

La tasa de paro de este colectivo, según los datos que aportó Hortefeux, es «superior al 20%», un porcentaje que dobla la de la población activa del Estado francés en su conjunto.

«Elegida y concertada»

El ministro Brice Hortefeux reiteró en su entrevista a «Le parisien» que lo que el Gobierno de París busca es «una inmigración elegida y concertada», para lo cual quiere dar prioridad a «la inmigración de trabajo legal y controlada», que, por el momento, sólo representa el 7% de los flujos de extranjeros que llegan al Estado francés, cuando el objetivo del Ejecutivo de Sarkozy es alcanzar el 50%. El propio Sarkozy manifestó a principios de mes que su Gobierno se ha fijado como meta que el 50% del flujo de inmigrantes de larga duración sea selectivo y por razones económicas.