Zombi se escribe con «z»
«Planet Terror»
Llega la primera de las dos películas que componían el homenaje a los viejos programas dobles «Grindhouse» y que se van a estrenar por separado tras su fracaso conjunto en la taquilla norteamericana.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
El proyecto «Grindhouse», de Quentin Tarantino y Robert Rodríguez, nació como un homenaje a los viejos programas dobles compuestos por sendas películas dirigidas por cada uno de ellos. En la práctica, el invento no ha funcionado, aunque la oferta de dos películas al precio de una no dejaba de ser una ganga. Los jóvenes espectadores norteamericanos no supieron entender la filosofía del producto e incluso había gente que abandonaba la sala al término de la primera de las dos películas, pensando que la sesión ya había finalizado, de acuerdo con la habitual duración de hora y media.
Las flojas recaudaciones, que apenas cubrían un tercio del capital invertido, hicieron reaccionar a los hermanos Weinstein, productores y valedores de las ocurrencias tarantinianas. Decidieron estrenar en el resto del mundo las dos películas por separado, siendo la primera en asomarse a nuestras pantallas la de Robert Rodríguez. Lo cierto es que no tiene ya mucho sentido verla de forma aislada, máxime cuando por el camino también han sido suprimidos los falsos trailers que animaban la función. En compensación, el cineasta de ascendencia mexicana tal vez pueda desarrollar como largometraje el titulado «Machete», protagonizado por su primo Danny Trejo.
Sobre esta relación familiar tan presente en las películas de Robert Rodríguez, el cineasta no esconde su absoluto y consciente nepotismo cuando le preguntan al respecto. Tampoco podría ocultarlo, debido a que hasta ha afectado directamente al rodaje de «Planet Terror», que tuvo que suspenderse durante un mes a causa de la depresión que atravesaba su mujer, la productora Elizabeth Avellán.
Hecho en familia
Pese a que en la filmación también intervenía uno de sus cinco hijos en común, el llamado Rebel, así como sus sobrinas Electra y Elisa Avellán en los roles de niñeras adolescentes, no pudo evitar tener un nada profesional romance con la actriz estelar Rose McGowan. Es de suponer que en sus siguientes películas habrá redistribución en el reparto familiar de cometidos después de la ruptura definitiva con Elizabeh y su nuevo emparejamiento sentimental con Rose.
Pero a lo que más teme Robert Rodríguez es a que la prensa diga a coro «otra película más de zombis», miedo que le ha hecho aclarar que este argumento lo tenía escrito hace años, antes del resurgir del género y de los múltiples homenajes a George A. Romero. En el fondo tiene parte de razón, puesto que su particular tributo va más bien enfocado hacia las coproducciones de serie Z, realizadas bajo seudónimo anglosajón por artesanos italianos como Umberto Lenzi.
Ahora bien, la pierde en buena medida porque en lo relativo a las películas casposas, las recreaciones como la suya están de más. Es un tipo de cine que únicamente tiene sentido dentro del anonimato y el bajo presupuesto, cuando surge por generación espontánea y no por capricho del cinéfilo adinerado de turno. A falta de lograr convencer al mundo de la originalidad del trillado argumento de «Planet Terror», lo que sí consigue Rodríguez es imponer la iconografía promocional de su largometraje, presidido por la imagen poderosamente freak de la heroína Cherry Darling con su pierna postiza reciclada como ametralladora.
Dirección y guión: Robert Rodríguez.
Intérpretes: Rose McGowan, Freddy Rodríguez, Marley Shelton, Josh Brolin, Naveen Andrews, Electra y Elisa Avellán, Michael Biehn, Tom Savini, Jeff Fahey, Bruce Willis.
Fotografía: Robert Rodríguez.
País: EE.UU., 2007.
Duración: 95 minutos.
Género: Terror.