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Noain, referente mundial en jardinería ecológica

La jardinería ecológica es una práctica muy poco habitual a pesar de que permite minimizar el consumo de agua y evitar el uso de sustancias peligrosas tanto para trabajadores como para usuarios. La localidad de Noain fue pionera en Euskal Herria en implantar en sus jardines técnicas respetuosas con el medio ambiente, y ahora su trabajo ha sido reconocido por Naciones Unidas.

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IÑAKI VIGOR

Nada más llegar a Noain desde Iruñea llama la atención una rotonda con un muro que representa el conocido acueducto, todo ello adornado con vistosas flores y plantas. Es como una bonita tarjeta de bienvenida. Pero si continuamos hasta la siguiente rotonda y giramos a la derecha nos encontramos enseguida con una sorpresa todavía más agradable. Allí, junto a la Plaza de los Fueros, se encuentra el Parque de los Sentidos, una zona ajardinada de más de 50.000 metros cuadrados que ha cogido fama en todo Iruñerria. El parque ha sido dividido en cinco partes, cada una de ellas dedicada a un sentido: vista, oído, olfato, gusto y tacto. Un cartel ilustra al usuario sobre cómo disfrutar de sus sentidos, cómo contemplar, olfatear, tocar y, dentro de poco tiempo, incluso degustar, porque este curioso parque incluye también árboles y plantas frutales como higueras, granados, fresas, zarzamoras... Algo más de la mitad del parque recoge una representación de los bosques autóctonos de Elortzibar, valle al que pertenece Noain. Un robledal, un encinar mezclado con otras especies, un hayedo y un bosque de río sirven de lugar habitual de esparcimiento para vecinos y visitantes.

El Parque de los Sentidos se inauguró hace un año y no sólo se ha convertido en lugar de ocio y paseo para numerosas personas, sino también en un elemento didáctico importante, ya que es visitado por alumnas y alumnos de muchas ikastolas y colegios. Se trata, sin duda, de una original idea que es agradecida por cuantas personas la conocen. Pero no menos importante es que en su diseño y construcción se han utilizado las prácticas de la jardinería ecológica, en las que Noain se puede considerar como localidad pionera en Euskal Herria.

Todo comenzó hace diez años, cuando Mikel Baztan Carrera obtuvo plaza de jardinero en esta localidad de 5.000 habitantes y comenzó a impulsar la creación de espacios verdes siguiendo criterios ecológicos. Noain era entonces un lugar bastante árido para vivir, feo incluso, pero la colocación de las primeras flores comenzó a alegrar su fisonomía. «Al principio algunos creían que no iban a durar nada porque los gamberros las iban a romper, pero al ver que había gente que las cuidaba, empezó a cambiar la perspectiva», recuerda Mikel Baztan. Junto con el resto del equipo de jardineros, este iruindarra de 41 años cambió poco a poco la fisonomía de Noain. Anteriormente ya había trabajado en agricultura ecológica y en jardinería, y entonces vio la posibilidad de combinar ambas técnicas, es decir, aplicar el sistema de cultivo y tratamiento ecológicos a la creación y mantenimiento de jardines de buena calidad.

En un primer momento estuvieron haciendo pruebas para mantener la hierba sin abonos químicos y tratar las plagas con productos naturales. «Usábamos los que se comercializaban, que entonces eran pocos, pero también aplicábamos recetas caseras que hacíamos nosotros», explica. De esta forma, los jardineros municipales fueron conociendo las plantas que eran más adecuadas para el clima de Iruñerria y estudiando técnicas para ahorrar agua y gastos de mantenimiento.

Probablemente, aquellos fueron los primeros pasos de la jardinería ecológica en Euskal Herria, aunque hace diez años ese término ni siquiera se utilizaba. «En Gran Bretaña y Alemania posiblemente nos lleven bastante ventaja, pero en nuestro entorno, dentro de Navarra e incluso de Euskal Herria, se puede decir que fuimos los primeros -comenta este jardinero-. No tenemos noticia de que antes lo hubieran hecho en otros lugares ni de que las prácticas de jardinería ecológica, como línea de trabajo, se hayan aprobado en el pleno municipal, como ha ocurrido en Noain».

Ahorra el 50% de agua

Mikel Baztan y su equipo fueron prácticamente autodidactas. No conocían ningún lugar donde se hiciera jardinería ecológica, pero Mikel ya había trabajado la huerta a nivel comercial y pensó que aquellas prácticas también podrían aplicarse a los jardines. Tomando como base la forma de hacer cultivos ecológicos, fueron poco a poco diseñando los espacios verdes de Noain. Pronto se vio que el mantenimiento era menos costoso y que el ahorro en mano de obra y en agua era importante.

Así, en la mayor parte de la localidad se ha eliminado el riego por aspersión, y con lo ahorrado en esa partida han realizado plantaciones de árboles y arbustos regados por goteo. A veces supone realizar más inversiones al principio, sobre todo si las praderas de hierba se completan con tapizados de arbustos, pero queda compensado con el resultado final, porque el ahorro en agua llega incluso a la mitad del consumo anterior.

Hoy en día los criterios de jardinería ecológica se aplican en Noain con total naturalidad. Recientemente los jardineros municipales se encontraron con una urbanización de 80.000 metros cuadrados que la promotora había planteado con riego mediante aspersión, de forma que las praderas se mantuvieran verdes todo el año. Pero lo que ha hecho este equipo es evitar la aspersión en las zonas relativamente alejadas, ahorrando así gran cantidad de agua.

«Lo que hemos hecho es crear muchos grupos de arbustos y árboles, que en verano están verdes y llaman la atención. Se les hace por debajo una especie de red de tubo por goteo, que no se ve porque va bajo tierra, y de esta forma ni el viento se lleva el agua ni apenas hay evaporación, como ocurre con la aspersión. El resultado es un jardín que en verano mantiene la hierba seca y corta, como si fuera un paisaje de la cuenca de Pamplona, junto con grupos de árboles y arbustos que están en flor y tienen su follaje. De alguna forma, es como recrear el paisaje que tenemos a nuestro alrededor», resume Mikel Baztan. De hecho, en esta urbanización de 80.000 metros cuadrados de zona verde sólo se riegan mediante aspersión 25.000 metros cuadrados, al igual que se hace en las zonas más hormigonadas y áridas de los centros urbanos. A su juicio, una de las claves de la jardinería ecológica es «concienciar a los vecinos, que sepan que no hay por qué regar todas las praderas, sobre todo cuando el uso es esporádico y escaso, sino que tenemos que darle usos más austeros y lógicos».

Pero también tiene gran importancia la elección del arbolado y de las plantas mejor adaptadas a la zona. «Si ponemos plantas muy delicadas, seguro que nos van a dar problemas. Por eso, procuramos poner plantas fuertes, que necesiten poco mantenimiento y que a ser posible no cojan muchas enfermedades. En zonas muy céntricas -precisa- tenemos más en cuenta la ornamentación, pero en las zonas sin riego priorizamos las plantas autóctonas, que además sirven de refugio para la fauna. Hay que tener en cuenta que aquí, en Noain, en cuanto nos salimos un poco del centro del pueblo ya estamos en el medio rural».

Evita sustancias peligrosas

Otro aspecto importante de la jardinería ecológica es que evita el uso de sustancias peligrosas, como insecticidas, fungicidas, herbicidas y abonos químicos. «Nosotros no hemos echado nunca ni un herbicida -asegura Baztan-. Es más, procuramos introducir especies que son buenas para las praderas, como el trébol. Tanto en nuestras obras como en las urbanizaciones que se construyen en este municipio existe la obligación de poner tréboles, porque captan nitrógeno del aire y evitan muchas plagas. Procuramos que sean praderas lo más naturales posible, y por eso no echamos ni abonos de síntesis ni insecticidas y fungicidas de este tipo. Así evitamos contaminación y problemas tanto a los usuarios como a los trabajadores».

El equipo está formado por siete personas, que se ocupan del mantenimiento de los 500.000 metros cuadrados de zonas verdes existentes en los siete pueblos de Elortzibar, de los que aproximadamente la mitad se encuentran en Noain.

Árboles con los nombres de los recién nacidos

El trabajo del equipo de jardinería de Elortzibar ha conseguido implicar e ilusionar a los vecinos, máxime desde que se puso en marcha la campaña «Hermano árbol». Cada año cogen el censo de nacimientos y pasan una nota a madres y padres donde les explican que el recién nacido tiene asignado un árbol en tal calle o en tal parque. Luego les citan un día, normalmente sábado, y realizan la plantación. «Vienen los padres, abuelos, tíos... Lo plantan ellos mismos y se sacan la foto con el bebé. De cara al mañana viene muy bien, porque es bonito ver cómo el niño y el árbol van creciendo al mismo tiempo. Además, ponemos una placa de acero con el nombre del niño o niña y les damos un título honorífico a los padres. Es gratificante ver cómo acuden luego a cuidar del árbol. Ya no lo ven con los mismos ojos, porque ahora -remarca- es el árbol del hijo o del nieto».

La idea tuvo una gran aceptación y se amplió hace tres años a los adultos, también con gran éxito, ya que se apuntaron unas 150 personas. «Son acciones muy positivas y hay muchas personas sensibles con estos temas. Cuando les pones nombres, esos árboles ya tienen `hermanos humanos', y eso se nota, porque prácticamente no hay vandalismo», constata Mikel Baztan.

Esta sensibilidad fue trasladada también a los centros escolares, en los que se ha puesto en marcha un programa muy completo curso por curso. Un año plantan flores en el colegio, otro año en la localidad, otro siembran bellotas, al año siguiente llevan al monte las plantas que han brotado, ponen árboles en el pueblo... De esta forma van ligando a la población, tanto a txikis como a adultos, con el arbolado y las zonas verdes.

I.V.

Mejorar las condiciones de vida mediante las buenas prácticas

La labor del equipo de jardinería de Elortzibar en estos últimos diez años se ha visto recompensada a nivel internacional. El Grupo de Buenas Prácticas del Comité Hábitat Español, dependiente del Ministerio de Vivienda, seleccionó el pasado año el proyecto «Jardinería ecológica» para concursar en el «Premio Internacional de Dubai a las buenas prácticas para mejorar las condiciones de vida». A este concurso se han presentado varios cientos de proyectos de todo el mundo, y los tres primeros premios han sido para prácticas ambientales de África, América y Europa.

El proyecto de Elortzibar no ha sido premiado, pero sí ha sido incluido en el catálogo que la ONU publica con las mejores experiencias a nivel mundial, en el que se recogen poco más de medio centenar. Así pues, puede decirse que Noain es ya un referente internacional en este campo.

«Resulta gratificante ver cómo una localidad tan pequeña ha llegado hasta ahí. Es como poner a Noain en el mapa. Pero aparte de que aquí hagamos las cosas bien -matiza Mikel Baztan-, esto significa que no hay muchos ayuntamientos que se implican en estas prácticas ecológicas. Es cierto que cada vez hay más conciencia a la hora de ser eficientes en el uso del agua, pero a la hora de ejecutar los jardines o de pensar en los usos que les vamos a dar, todavía falta mucho por hacer. La idea de hacer una jardinería ecológica no está ni mucho menos arraigada».

En Noain, el Ayuntamiento ha puesto los medios económicos para apoyar todas las iniciativas presentadas por el equipo de jardinería, y eso ha mejorado la calidad de vida de la localidad. «Para los vecinos ha significado mucho el disponer de buenas zonas ajardinadas, porque antes era un sitio muy cutre y ahora es un lugar en el que se vive a gusto», resume expresivamente Baztan.

I.V.

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