Álvaro Uribe afirmó en Bogotá que «si las FARC liberan a los secuestrados con la participación de la comunidad internacional, el Gobierno acepta una zona de encuentro para pactar la paz en 90 días» con la principal guerrilla del país. El presidente colombiano realizó esta propuesta en el marco de la reunión que mantuvo con Gustavo Moncayo, padre de un militar que capturaron las FARC en 1997, conocido como el «caminante por la paz» y que tiene intención de permanecer acampado en el centro de la capital hasta que se logre el acuerdo humanitario que posibilite la liberación de los rehenes.

En una improvisada intervención en la plaza Bolívar, en la que no faltaron protestas que le hicieron interrumpir varias veces su alocución, Uribe afirmó que «aquí hay firmeza, pero no están cerradas las puertas a la paz». Anunció también que su Gobierno «esta dispuesto a liberar guerrilleros si (éstos) liberan secuestrados». Matizó que «liberaría a los que están en las cárceles de Colombia», aunque «a todos no y con la condición de que no se reincorporen al asesinato ni al secuestro».

En este sentido, propuso una «zona de encuentro» con las FARC siempre y cuando sean liberados previamente los retenidos en su poder.

Álvaro Uribe admitió que en su encuentro de más de dos horas con Moncayo hubo «momentos de tensión» y reveló que «no podía engañar» a éste. «Llegué con todo el respeto, con aprecio, con admiración a un colombiano que ha demostrado toda esa solidez espiritual y física. Un padre de familia dolorido, una víctima. Moncayo me dijo unas cosas personales que comprendo, y las refuté».

Insistió en «dos puntos que no puedo negociar: primero, no hay zona de despeje (desmilitarizada) y, segundo, que los guerrilleros que van a salir de la cárcel no pueden regresar al secuestro y al asesinato». Explicó que le preguntó a Moncayo «cuál es la opción y me dijo: `zona de despeje', y le dije que no». «Lo dije con franqueza», no le entrego un milímetro cuadrado de territorio a los delincuentes», subrayó Uribe, que después anunció que acepta una «zona de encuentro provisional».

Moncayo insistió en que haya una zona para que las partes se sienten e negociar, «se llame de despeje o de encuentro» y expresó a Uribe su malestar por lo que, a su juicio, ha sido la «intransigencia» del Gobierno para buscar un acuerdo humanitario y su protesta por la decisión del presidente de ordenar rescatar a los retenidos utilizando la vía militar.