Testigos presenciales y allegados de los heridos en los bombardeos de la OTAN sobre la provincia de Helmand, al sur de Afganistán, afirmaron que, al menos, 200 afganos civiles murieron o resultaron heridos en los ataques. En declaraciones a la cadena qatarí Al Jazzeera, Shoki Khan, cuyos familiares están hospitalizados, subrayó que varios cientos perdieron la vida cuando se disponían a ir de picnic así como a un lugar santo de Baghran, distrito norte de Lashkar Gah, capital de Helmand.

«Las bombas hirieron a dos de mis hermanos, uno de ellos de ocho años», manifestó desde el hospital principal de Lashkar Gah. Al menos 20 civiles fueron trasladados a este centro.

Por su parte, el jefe de Policía de Helmand, Mohammad Hussein Andiwal, calificó los bombardeos de «muy intensos». Aseguró que han recibido noticias de «fuertes pérdidas humanas» por lo que ya han enviado a una delegación para que «investigue» estas denuncias.

Citando a testigos presenciales, la BBC también habló de un «gran número de civiles muertos». Un periodista de la cadena británica en Lashkar Gah confirmó que alrededor de medio centenar de personas requirieron atención sanitaria.

De acuerdo con informes oficiales y organismos humanitarios, en lo que va de año, más de 350 afganos civiles han perdido la vida en ataques aéreos lanzados por la OTAN.

La coalición invasora no ha dicho ni una palabra al respecto. El mando militar estadounidense en Afganistán se limitó a decir que el ataque iba dirigido contra dos supuestos «comandantes talibán». Se trataría de Dadullah Mansour, hermano del fallecido Mullah Dadullah, y de Abdul Rahim.

Una fuente que se identificó como portavoz talibán negó que en el momento de iniciarse los bombardeos, una multitud asistiera a una ejecución pública por parte de los talibán y sostuvo que los fallecidos son todos civiles que asistían a una ceremonia en un lugar sagrado.

Oferta de diálogo

Por otra parte, el viernes los talibán se ofrecieron a mantener conversaciones directas con las autoridades surcoreanas sobre el futuro de 21 ciudadanos surcoreanos que secuestraron en julio en Ghazni. Para ello piden que la ONU garantice la seguridad de los representantes talibán que participen en la reunión. Esta oferta llega en el momento en que el presidente afgano, Hamid Karzai, no está presente en el país ya que ha viajado a Estados Unidos.