Cientos de serbios expulsados de las Krahinas se congregaron ayer ante la embajada croata en Belgrado exigiendo el retorno a sus casas y el castigo a los responsables de aquella operación de limpieza étnica.

250.000 serbios fueron expulsados por el Ejército croata de las Krahinas en el inicio de la guerra en 1991. Decenas de miles de ellos siguen malviviendo en la actual Serbia.

Los manifestantes portaban pancartas con lemas como «Crimen sin Castigo» y fotografías de desaparecidos.

El primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, mostró su apoyo a esta protesta contra «una horrible limpieza étnica que expulsó a una nación entera hace doce años». Kostunica es conocido por su posición panserbia en Bosnia y Kosovo.