A pesar de que la Delegación del Gobierno español en Nafarroa intentara poner freno a las movilizaciones en favor de los prisioneros vascos a través de prohibiciones, los vecinos de Etxarri Aranatz no cesaron en su intento. A las 20.30, hora en la que estaba prevista la manifestación, la plaza de la localidad estaba literalmente «tomada» por agentes de la Guardia Civil. No obstante, alrededor de medio millar de etxarriarras se dieron cita en el mismo sitio con el fin de llevar a cabo esta marcha.

Los efectivos del instituto armado, por su parte, respondieron con una carga a los intentos de manifestación, produciendo varios contusionados de carácter leve. Tras la carga, los organizadores llegaron a un acuerdo con el cuerpo policial, por lo que la Guardia Civil abandonó la plaza y los congregados realizaron una concentración bajo el lema «Bautista etxera. Euskal presoak Euskal Herrira eskubide guztien jabe», en alusión a la situación del etxarriarra Bautista Barandalla, que sufre una enfermedad incurable sobrevenida en prisión hace varios años.

Las razones aducidas por la Delegación del Gobierno para prohibir tanto esta convocatoria como la del próximo viernes consisten en que entiende que los convocantes son organizaciones ilegales. En una comparecencia realizada el viernes se negó tal argumento, ya que las dos citas han sido promovidas por familiares y amigos de presos etxarriarras para exigir respeto a sus derechos.

El TSJN decidirá mañana

Cabe recordar que el pasado jueves, nada más conocer la prohibición, los organizadores presentaron un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Nafarroa (TSJN) con el objetivo de que esta institución «hiciera prevalecer el ejercicio de un derecho fundamental como es el de manifestación». No obstante, tanto sólo horas antes de la manifestación, tal y como informaron a GARA los propios organizadores, desde el TSJN se les había comunicado que la decisión sería tomada el lunes, es decir, después del acto.