Esta vez, y aún difiriendo muy mucho de la jornada del 4 de agosto, el agua también estuvo presente en las fiestas de Gasteiz. Y es que en la mañana de ayer los baldes de agua que llovían de los balcones el día 4 se vieron relegados por un insistente xirimiri que acabó mojando los ánimos de los pocos gasteiztarras y turistas que tras el txupinazo y el Día Grande quedan ya en la ciudad.

La mañana amaneció gris y perezosa. No sólo había bajado la temperatura en el termómetro, sino que más de una ya se encontraba a medio gas después de haber dado lo mejor de sí en un fin de semana apoteósico. Sin embargo, la música es un buen antídoto para restituir la ciudad y sus céntricas calles de ritmo y algarabía. Las primeras txarangas pusieron la nota de color a eso de las 12 del mediodía y animaron la primera carrera de madres, padres e hijos que organizaba la veterana cuadrilla Txolintxo. En parejas y unidos por una cuerda en el pie, los progenitores con los ojos tapados y los hijos guiando el camino, el novedoso concurso tuvo una muy buena acogida.

Unos turistas canarios que pasaban por allí decidieron animarse, con tan buena fortuna que obtuvieron el primer premio. Aitani Gonzalez Perdón, de 8 años, recibió la medalla de vencedor en un improvisado podium construido a base de sillas en medio de la calle Dato. Los más madrugadores acudieron por segundo día consecutivo a las vaquillas en la nueva plaza multiosos, en la que no faltaron los sustos y la carcajada unísona que provoca el mal ajeno. Hubo quien desayunó en grandes cantidades para emprender el día con energía. Como las elefantas del Gran Circo Mundial, que engullieron casi 500 kilos de fruta y verdura.

Pero a pesar de que la lluvia no cesara, las txarangas se ataviaron con sus chuvasqueros y no decayeron en ningún momento. Tampoco tomaron descanso los blusas de la cuadrilla Txismes que, aún habiendo pasado ya el día en honor de la Blanca, quisieron bailarle un aurresku. Y el zoco árabe y sus jaimas fueron un buen lugar para resguardarse del chaparrón y tomar un té a la menta, unos dulces típicos o incluso fumar en pipa de agua .

Entrada la tarde, la ida a los toros se antojó algo menos masiva que el día anterior. Hubo quien tuvo sus razones para no acudir al paseíllo ya que tenía que dar buena prueba de sus lindezas en el concurso de Miss Blusa y Mister Neska que organizó la cuadrilla Desiguales. No faltó la diversión y las carcajadas, y el certamen confirmó aquel refrán que dice que la belleza está en el interior.

En la zona de Los Herrán, los Urban Games atrajeron al público más joven en torno a graffitis, talleres de break y Dj's, skateboard y conciertos con Soul Flavas y Garagardo Gura.

La noche volvió a encender la sed de fiesta. La txosnas apostaron por el rock & roll con Sex Museum, Señor No y Amon Ra.