Human Rights Watch (HRW) hizo público ayer un informe demoledor contra el Gobierno de Sri Lanka, a quien acusa de cometer graves vulneraciones de derechos humanos en su lucha contra los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE).

Le imputa la detención ilegal de algunos de sus opositores, el secuestro secreto de otros y constantes ataques sin preocuparse por el posible daño a civiles. Por ello, pide a los donantes apoyo para la creación de una misión de vigilancia.

En la comparecencia realizada para presentar este informe de 129 páginas, el director de HRW para Asia, Brad Adams, destacó que «los abusos del LTTE no son excusa para la campaña de asesinatos del Gobierno, para las desapariciones y el regreso forzoso de los refugiados». «El Ejecutivo de Sri Lanka parece haber dado luz verde a sus fuerzas de seguridad para el uso de tácticas de guerra sucia», remarcó.

Más de 70.000 personas han muerto en el conflicto que enfrenta a los tamiles con Colombo por la independencia de una parte del país. En 2002, alcanzaron un acuerdo de alto el fuego con el apoyo de Noruega pero en los últimos 21 meses los enfrentamientos se han recrudecido terminando con la vida de cerca de 5.000 personas.

Cerca de 315.000 habitantes han huido de sus casas por el clima de violencia y el Gobierno ha forzado a algunos de ellos a regresar a áreas inseguras.

Según alerta esta ONG, entre enero de 2006 y junio de 2007 se han registrado más de 1.100 secuestros o desapariciones. Señala como culpables de la mayoría de estos hechos al propio Gobierno y a sus aliados armados. Recalca que en la última ofensiva contra los refugiados en el este del país, las tropas gubernamentales atacaron indiscriminadamente a la población y bloquearon el reparto de muchas ayudas humanitarias.

En otro de los apartados del texto, incide en que el 8 de noviembre, 62 personas murieron en el bombardeo de una escuela en la zona de Vahaira.

HRW insiste en que sus investigadores no encontraron ninguna prueba que apoyase la teoría del Gobierno de que los tamiles habían disparado a los soldados desde la escuela y que estaban usando a los civiles como escudos humanos.

En la península de Jaffna, que está bajo estricto control militar, se contabilizó la desaparición de más de 800 personas entre diciembre de 2005 y abril de 2007. Familiares y testigos aseguraron que las fuerzas de seguridad estaban implicadas en los secuestros.