Efecto de la crisis crediticia en EEUU
La burbuja inmobiliaria estadounidense ha estallado. La Reserva Federal y el Banco Central Europeo (BCE) inyectaron dinero para «tranquilizar» y evitar un colapso del sistema financiero por escasez de liquidez. Pese a que distintos portavoces han intentado negar efecto alguno de la crisis en Europa, la reacción del BCE ha sido inmediata.
La suspensión de BNP Paribas de tres fondos de inversión debido a la crisis del subprime estadounidense -créditos hipotecarios de alto riesgo- encendió la luz de alarma y ayer el efecto del desplome de Wall Street se sintió hasta en las bolsas asiáticas. El temor ante una crisis crediticia de dimensiones aún no conocidas es palpable. Ya salen a la luz las primeras quiebras de grandes firmas de refinanciación de hipotecas estadounidenses -la de American Home Mortage Investment Corp supone el despido de 7.000 empleados- y sus efectos sobre fondos ligados a estos créditos. Nadie alude, de momento, a la repercusión en las economías familiares, constreñidas por la subida de tipos de interés. En el mercado del Estado español se insiste en que los créditos concedidos durante el boom inmobiliario no tendrán un impacto negativo como en Estados Unidos. Sin embargo, todos se tientan la ropa y no se exponen a esta crisis, porque saben que, más tarde o temprano, afectará a la economía.