Al menos cuatro personas han muerto en los nuevos enfrentamientos entre insurgentes afines a la derrocada Unión de Tribunales Islámicos y fuerzas del Gobierno somalí con apoyo etíope, convirtiéndose en los enfrentamientos más intensos desde abril, donde fallecieron cientos de personas. Estos últimos ataques empeoran la situación tras la reunión de paz iniciada en julio.

Los últimos combates comenzaron la noche del jueves al viernes con el asalto de un grupo de milicianos a una comisaría de Policía de Howlwadag, en el norte de la capital somalí. Según explicó Hussein Mohamed Farah, un policía de servicio en el momento del ataque, «los insurgentes nos atacaron con metralletas y lanzacohetes». Además, describió la muerte de un civil en su casa.

Otro ataque a las fuerzas gubernamentales desplegadas cerca de una fábrica acabó con la vida de dos soldados somalíes, donde un civil también fue disparado en la cabeza causando su muerte inmediata. Horas más tarde, otro grupo insurgente cuyos miembros iban disfrazados de policías atacó una base militar en el sur de la capital.

Aunque hasta ahora sólo han confirmado cuatro muertes, se espera que el número de víctimas mortales aumente en la últimas horas, dada la dificultad de obtener información por el toque de queda permanente en el que se encuentra la ciudad.

Esta olas de ataques se produce mientras que Mogadiscio acoge desde el 15 de julio la Conferencia de Reconciliación Nacional, que esperan que traiga la paz a este país devastado desde hace 16 años por la guerra civil. Por razones técnicas la conferencia de paz se suspendió el jueves durante cinco días.

Cierran una radio

Al margen de los últimos ataques, la policía somalí hizo cerrar durante algunas horas de el día de ayer la radio Shabelle, una de las principales radios de Mogadiscio y detuvieron a siete empleados, ya puestos en libertad, alegando que, «había difundido falsa información sobre la violencia de la noche anterior». Desde finales de diciembre del año 2006, han cerrado esta radio en tres ocasiones. Está acusada por las autoridades somalíes de «tener una cobertura que incita a la violencia».