Los talibán afirmaron ayer que no contemplan matar a ninguno de los rehenes surcoreanos en su poder hasta que se reúnan cara a cara con la delegación que Seúl ha enviado a Afganistán para mediar en esta crisis.

El primer encuentro entre ambas partes estaba previsto que se celebrara ayer mismo en Ghazni, según un portavoz de los milicianos.

El grupo talibán que secuestró a 23 misioneros surcoreanos el 19 de junio había amenazado con matar a más rehenes, a dos de los cuales ya ha ejecutado, si no se cumplen sus exigencias de liberar a varios milicianos presos y parecía que las negociaciones se habían estancado porque hasta ayer no habían sido capaces de acordar un lugar que ambas partes consideraran seguro para las negociaciones.

Mohammed Yousif Ahmadi, el portavoz de los talibán que informó de la reunión prevista para ayer, indicó que el Gobierno afgano ha garantizado, por escrito, la seguridad de los representantes talibán designados por el consejo talibán, los mulás Nasrullah y Mohammed Bashir, que desde la tarde de ayer se reúnen con cuatro delegados surcoreanos en la sede de Cruz Roja en Ghazni.

El gobernador de la provincia, Marajudin Pathan, remarcó que la cuestión del canje no se va a plantear en la negociación cara a cara y consideró que el pago de un rescate podría resolver la crisis.

Las madres, a Dubai

Mientras las negociaciones continúan en Afganistán, las madres de algunos de los voluntarios surcoreanos tienen previsto viajar la próxima semana a Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, con el objetivo de buscar el apoyo del mundo árabe y conseguir la liberación de sus hijos.

Los familiares de los rehenes se han reunido ya con representantes de la comunidad islámica en varias embajadas de países de la región en la capital surcoreana para solicitar ayuda.