Arnaitz GORRITI

La vida como jugador de Kevin Garnett está sujeta a cifras récord: drafteado en 1995 dando el salto del instituto a la NBA, uno de los cinco jugadores de todos los tiempos en acumular 19.000 puntos, 10.000 rebotes y 4.000 asistencias, declarado por los propios expertos de la NBA entre los mejores 50 jugadores de la historia de la liga profesional estadounidense, máximo reboteador de la liga en las últimas cuatro campañas, jugador capaz de promediar más de 20 puntos y diez rebotes por partido nueve años consecutivos, el deportista mejor pagado de todo el planeta, con un contrato de 126 millones de dólares por seis temporadas en Minnesota... Todo es exagerado y genera expectación en el espigado jugador nacido en Mauldin, Carolina del Sur, el 19 de mayo de 1976.

Sin embargo, Garnett aún no ha ganado ningún anillo de la NBA. Es más, sólo ha jugado una final de la Conferencia Oeste, en 2004, perdiéndola por 4-2 ante los Lakers de O'Neal, Briant, Karl Malone y Payton. Eso sí, se llevó el galardón del MVP de la campaña.

Por su parte, los Celtics de Boston, el conjunto más laureado de la NBA, con 16 anillos y 21 camisetas retiradas, llevan desde el año 1986 sin ganar un nuevo torneo y tras la retirada de Larry Bird y la muerte de Len Bias antes de llegar, nadie de sus «jugadores franquicia» ha logrado llevar el «orgullo verde» a la cima del baloncesto mundial. Por ello, Boston se ha lanzado a la caza de un trébol de cuatro hojas y, una vez ha creído dar con él, ha echado la casa por la ventana. Así ha llegado Kevin Garnett a Boston.

El mayor traspaso para el anillo más caro

La llegada de Garnett a Boston ha sido fruto del mayor traspaso de la historia. Los de Massachusetts han realizado el trueque de siete jugadores: Jefferson, Green, Ratliff, Telfair, Gomes y dos primeras elecciones del draft por su oscuro objeto de deseo.

Aunque el propio Garnett no lo viera muy claro al principio, los Celtics no han reparado en gastos, con un acuerdo de extensión de contrato por tres temporadas más, que le garantiza estar en Boston hasta la del 2011/12 al tener todavía dos más en el que firmó con los Timberwolves. Se estima que el ala-pívot cobrará ¡más de 116 millones de dólares! Si los tréboles de cuatro hojas dan buena suerte, Boston la necesitará, ya que se habrá hecho el anillo más caro del mundo.

«Garnett es un gran jugador, con un espíritu feroz y competitivo. Nos proveerá de talento anotador en el ataque y de presencia física en la defensa», dijo el director ejecutivo de operaciones de Boston, Danny Ainge.

No obstante, Garnett no será la única estrella del Boston Garden. Además del «local» Paul Pierce, el tirador Ray Allen se unirá para formar un nuevo Big Tree, como aquel compuesto por Bird, McHale y Parish y fue campeón. Los Celtics ahora lucen mucho más prometedores respecto al grupo de jóvenes que terminó con la segunda peor marca de la NBA la temporada pasada.

«Me siento muy motivado de convertirme en jugador de los Celtics», declaraba el interesado una vez realizada la operación. «Voy a tener una oportunidad única de tener como compañeros a profesionales de la clase de Paul y Ray; juntos en una organización con un legado y una tradición que nadie ha podido conseguir en la NBA».

Sin embargo, habrá que esperar a cómo el técnico Glen «Doc» Rivers maneja a estos jugadores y si las lesiones los respetan. Ray Allen ha sufrido constantes lesiones en sus tobillos, incluso ha sido operado de ambos, y Pierce ha pasado por varias lesiones en las pasadas dos temporadas.

Hay que recordar también que Minnesota no ha vuelto a los play offs desde 2004. Garnett nunca pidió ser intercambiado, pero expresó su frustración con el vicepresidente de los Timberwolves, Kevin McHale.

La jugada ya está hecha. Falta ver si el fichaje de Kevin Garnett es un trébol de cuatro hojas, o un farol carísimo.