Los raperos, en el punto de mira de la lucha contra el racismo y el sexismo
David VALENZUELA | NUEVA YORK
La música rap está en el centro de la polémica en Estados Unidos, donde en las últimas semanas se han multiplicado las protestas que piden que las letras de este sonido callejero abandonen las palabras racistas y sexistas.
Son muchas las plataformas sociales que, desde hace unos meses, reclaman que se eliminen del léxico de los raperos norteamericanos una serie de palabras que, a su parecer, encierran connotaciones discriminatorias por raza y sexo, y que son algo común en las letras de este sonido surgido en Nueva York a finales de los setenta.
Nigga, bitch o ho son algunas de las palabras que levantan ampollas en el país de lo políticamente correcto, gracias a unos significados literales -negro, puta y putita, respectivamente- que suenan demasiado peyorativos, racistas y sexistas en muchos oídos.
Manifestaciones
Raperos de fama mundial, como 50 Cents o Snoop Dog, y multitud de grupos y solistas menos conocidos en el extranjero, pero con un buen hueco en la industria musical estadounidense, incluyen de manera habitual esos vocablos en sus letras desde hace décadas. Ahora, sin embargo, hay una parte de la opinión pública de EEUU, acompañada por algunos políticos, que ha decidido echar el freno a lo que ven como un modo más de discriminación por ser de raza negra o mujer, por lo que han empezado a pedir a las discográficas que acaben con los temas más polémicos.
Esta semana Nueva York vivió una manifestación, en pleno Times Square, en la que unas doscientas personas exigieron que las palabras n, b y h, como les llaman para evitar nombrarlas, desaparezcan de las listas de éxitos de Estados Unidos. A la Gran Manzana, se le sumaron una veintena de ciudades a lo largo y ancho del país, en las que varios centenares de manifestantes salieron a la calle jaleados, principalmente, por el mediático reverendo Al Sharpton y la Red Nacional de Acción que encabeza.
Contra las subvenciones
El activista afroamericano, que se ha convertido en abanderado de la causa, se manifestó en Detroit (Michigan) ante el Museo Motown, dedicado al mítico ritmo negro de los años sesenta, donde denunció que se utilice dinero público para subvencionar a artistas que utilizan esas «palabras prohibidas» o empresas que los distribuyen. El reverendo se refirió al dinero que algunos estados dedican a la industria del entretenimiento, como discográficas, emisoras de radio o canales de televisión. El senador demócrata Antoine Thompson también se ha sumado a esta denuncia contra las subvenciones.