La Marcha contra Garoņa exige a Zapatero que cumpla su promesa y cierre la central
Alrededor de 500 personas participaron ayer por la tarde en la Marcha contra Garoña, vigilada por tierra y aire por un amplio despliegue policial. La mayoría de los gritos fueron dirigidos contra el presidente español, al que exigieron que cumpla su promesa y cierre la central.
GARA |
La Marcha contra Garoña se inició a las 18.20 en Barcina del Barco, la localidad burgalesa más cercana a la central nuclear de Garoña, y finalizó una hora después con la lectura de un comunicado en el que los convocantes pidieron a José Luis Rodríguez Zapatero que cumpla su promesa electoral y cierre estas instalaciones.
«Zapatero cumple tu promesa. Cierra Garoña ya», era el lema más repetido en las pancartas que se exhibieron durante la marcha, amenizada en todo momento por música, cánticos y globos. Los participantes también portaron grandes fotocopias con noticias de la campaña electoral del PSOE, destacando la promesa de Zapatero de cerrar las centrales nucleares.
Después de recorrer los dos kilómetros de marcha, los participantes llegaron ante las puertas de la central nuclear, custodiada por fuerzas policiales y sobrevolada por un helicóptero de la Guardia Civil. Al igual que en años anteriores, los organizadores realizaron una breve representación teatral para recordar los peligros de la energía atómica. A continuación leyeron un manifiesto, firmado por la Coordinadora contra Garoña, Greenpeace, Ecologistas en Acción y otras organizaciones y colectivos que apoyaban la convocatoria, en el que recordaron que se está agotando la legislatura y «llega el momento de cumplir lo prometido».
36 años de funcionamiento
«Son más de 36 años de funcionamiento sin el consentimiento de la sociedad, más de 16 años funcionando con grietas en partes fundamentales para su seguridad, más de doce años desde que se agotó su vida útil. A la central nuclear de Garoña le ha llegado su hora», afirmaron en el comunicado.
Tras denunciar el actual modelo energético, el desarrollo insostenible y «nuestro modelo de consumo despilfarrador», recordaron los peligros de la energía nuclear y abogaron por otros modelos más respetuosos con el medio ambiente.
También constataron que Garoña es la única central de primera generación que todavía está en funcionamiento y que «padece severos problemas de corrosión que afectan a elementos claves para su seguridad».
Por ello, dijeron que es «una grave irresponsabilidad» mantener centrales nucleares «en pésimas condiciones», y exigieron al Gobierno español que «no defraude a la sociedad y ponga sobre la mesa su prometido plan de abandono progresivo de la energía nuclear».
«Pedimos que haga oficial el cierre definitivo de la central nuclear más pequeña, más vieja y más peligrosa», añadieron.
Al término de la marcha, el responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, declaró a GARA que «si Zapatero incumple su promesa y no cierra Garoña antes del fin de la legislatura habrá engañado a la inmensa mayoría de la sociedad española».
«Nosotros mantenemos la esperanza. Al igual que Zapatero se comprometió a retirar las tropas de Irak, y lo hizo, confiamos -agregó- en que también cumpla su promesa con las centrales nucleares». Le pidió también que sea «coherente» con sus compromisos y que «no defraude a la ciudadanía», al tiempo que anunció protestas «más contundentes» por parte de Greenpeace para «hacer ver a la sociedad que el Gobierno no cumple sus promesas».
«No obstante, confiamos en que ésta haya sido la última marcha contra Garoña», precisó.