Rafa Díez Usabiaga afirmó ayer que, en este momento, no se dan condiciones de «trabajo conjunto» con ELA, en el que no aprecia «voluntad, ni compromiso» por dotar a la unidad de acción de un «perfil tanto sociopolítico como sindical». El sindicalista afirmó que el discurso de intenciones de ELA a favor de la unidad está «vacío» y confía en que la situación se pueda reconducir a corto plazo.

Díez afirmó que la situación es «delicada» y que el sindicalismo debe hacer «una reflexión, una catarsis de qué es lo que está pasando en la negociación colectiva». Díez Usabiaga asegura que, aún siendo conscientes de la existencia de modelos sindicales diferentes, hay que ver cómo se puede estructurar «un nivel de convergencia y colaboración que sea capaz de condicionar la posición arrogante y prepotente» que la patronal mantiene en las relaciones laborales.

En relación a ELA, aseguró que, en la actualidad, «con mucha claridad», no hay «hoja de ruta» en las relaciones ELA-LAB «para situar el papel en términos políticos y sindicales de la unidad de acción».

Díez indicó que en los últimos tiempos se ha dado por parte de ELA un «discurso de intenciones» para buscar una unidad de acción con LAB, pero, a su juicio, se trata de «discursos vacíos que no tienen propuesta». «Nosotros no percibimos en este momento en ELA una voluntad y un compromiso por dotar a la unidad de acción de un perfil tanto sociopolítico como sindical», señaló a Europa Press.

Negociación colectiva

El secretario general de LAB indicó que espera «equivocarse» y que realmente, «a corto plazo», se puedan crear «otras condiciones tanto objetivas como subjetivas» para que la unidad de acción sea posible, y reconoció que la experiencia de la unidad de acción con ELA ha tenido «cosas positivas» pero ha generado también «heridas y desgastes importantes».

En relación a CC.OO. y UGT, reconoció que les «separan muchas cosas» porque ambas centrales vienen practicando un «sindicalismo de acompañamiento al sistema».

En materia de negociación colectiva, a su entender, el balance es la existencia de una patronal con una posición «regresiva en propuestas». Ante esa situación, afirmó que existe una actuación «globalmente defensiva» y no se articula una acción sindical para responder a los intereses de los trabajadores.En este sentido, manifestó que, de cara a 2008, habrá que establecer unas «bases diferentes».

Díez indicó que la patronal «se siente cómoda, no se siente obligada para nada» y dijjo que se debería establecer por parte de todos los sindicatos una estrategia «real» de recuperar los convenios y «resituarlos en clave de lucha o negociación».

En relación al Plan de Empleo (2007-2010) aprobado por Lakua, consideró que supone «otro plan más con mucha palabrería y mucho celofán pero vacío». Denunció que desde el departamento de Azkarraga «no ha hecho absolutamente nada» contra las políticas de empleo que se deciden en Madrid «vía legislativa o reforma laboral» cuando «son esas medidas las que engendran la precariedad» y, en definitiva, «erosionan las condiciones laborales».