La autopsia realizada al cadáver de un cazador hallado en el campo de una localidad alavesa apunta a que su muerte se debió a un accidente, informaron fuentes de la Ertzaintza.

El cuerpo sin vida del cazador G.I. de H. fue localizado el jueves por la mañana por un hermano suyo en una finca familiar en la localidad alavesa de Gereñu, con un disparo realizado por su propia escopeta.

Desde un primer momento, la Ertzaintza puso en duda que esta muerte se debiera a un «homicidio o asesinato» y barajó preferentemente las hipótesis del accidente o del suicidio.

La autopsia ha hecho que las investigaciones policiales se centren ahora en determinar si la escopeta se le disparó de forma fortuita cuando la estaba manipulando, lo que le provocó heridas que le causaron la muerte. El cadáver del cazador se encontraba boca abajo y en las inmediaciones estaban sus perros.

El fallecido se encontraba de vacaciones con su familia en un pueblo de Nafarroa y acudió a Gereñu, donde residen sus hermanos, a primera hora del jueves para cazar.