«La señorita de Trevélez» de Arniches llegará a Iruñea el 24 y 25 de agosto
GARA | IRUÑEA
El Teatro Gayarre de la capital navarra acogerá los próximos días 24 y 25 de agosto la obra «La señorita de Trevélez» de la mano del productor Tomás Gayo y bajo la producción de Mariano de Paco Serrano.
Carlos Arniches (1866-1943) es el autor de «La señorita de Trevélez» que ha sido elogiada desde su estreno en el año 1916. La obra habla sobre «la discriminación de la mujer, la ausencia de ideales, la violencia de género, la prepotencia, la soberbia, la crueldad, el fanatismo o la injusticia», según aclaró la organización.
Así, se cuenta la burla sufrida por una pareja de hermanos solteros y maduros, Gonzalo y Florita, a manos de unos jóvenes provincianos ociosos que viven una vida anodina de una capital de provincias, dominada por señoritos parásitos, mandones cerriles, crueles, vagos, falsos, patriotas y envidiosos y llena de ignorancias, prejuicios e injusticias.
En este ambiente surge la trama de una broma cruel que cumple el objetivo de destrozar la vida de Florita Trevélez, mujer fea, vieja y cursilona, que cuando cree haber descubierto el amor, se encuentra con la risotada cínica del escarnio.
El productor Tomás Gayo explicó en este sentido, que «hemos eliminado los personajes superfluos». «Una obra como ésta no requiere muchos cambios, pero hemos reducido el número de papeles a nueve para adaptarnos a los gustos de los espectadores», añadió.
La actriz Ana Marzoa es quien encabeza el reparto de la obra acompañada del propio Tomás Gayo, además de los actores Luis Fernando Alves, Pedro Miguel Martínez, Julio Escalada, Carlos Seguí, Geli Albaladejo, Mundo Prieto y Vico Ramos.
Teatro politizado
Tomás Gayo, que el próximo año cumplirá 20 años como productor teatral, destacó que a lo largo de su carrera ha descubierto que «los gustos de los espectadores no han cambiado», sin embargo, afirmó que el teatro actual está ensombrecido por «la politización del sector», que deteriora la calidad de las obras y perjudica al público.
«Actualmente ir de gira con una obra por toda España es muy complicado», apuntó el productor al explicar que «los que deciden qué obra es la que se va a representar en los teatros son los programadores», quienes desconocen los intereses de los espectadores y eligen un texto «para las redes, no para el público».