GARA > Idatzia > Euskal Herria

desfile de la ballena

La familia se amplía y el espectáculo no defrauda

Un año más la ballena ha hecho su particular desembarco en aste nagusia de bilbo. Esta vez la familia ha crecido ya que este gigante animal azul y su pareja, el pulpo, han tenido un hijo que les ha salido besugo. La cabalgata llenó en la tarde de ayer la gran vía de la capital vizcaina de colorido, música con ritmos pegadizos y personajes fantásticos.

p022_f01_250x145.jpg

Arrate ETXEBARRIA

A las 19.00 y con una climatología adecuada, que no perfecta, daba comienzo el ya habitual desfile de Baly, la amatxu ballena. Se encargaron de abrir el paso los componentes de La Banda del Surdo, un grupo de percusionistas llegado desde Girona, que animó a la muchedumbre que se acercó a ver el espectáculo. Este colectivo musical, que está compuesto por percusionistas y baterías de algunos de los grupos más destacados de Catalunya, aportó colorido y también música que inevitablemente te empuja a bailar. Después de preparar los últimos detalles en el Arriaga, Baly se dirigió a la Plaza Circular, punto de partida de la cabalgata. Allí, pulpo y ballena hicieron la presentación oficial del nuevo miembro de la familia, el besugo, que para lo pequeño que es ya echa humo. El pulpo se ocupaba de llenar al público de confeti arrojado por sus llamativos tentáculos. Pero la gente, sabedora de la afición del pulpo por esos papelitos vistosos a la par que molestos, se encargó también de traer de casa su propio confeti para devolverle la jugarreta al rosado octópodo.

Detrás de la familia feliz, paseaban y alborotaban personajes fantásticos de todo tipo. Desde gigantes que emulaban a diferentes personajes africanos hasta figuras un tanto alocadas que viajaban en diferentes vehículos, desde el avión al barco. El espectáculo de los personajes africanos es obra de la compañía «Les Grandes Personas», un colectivo nacido en 1998 que realiza intervenciones escultóricas, teatrales y festivas. También hay que nombrar a la compañía Xip Xap. Estos últimos fueron los encargados de traer originales vehículos.

Por otro lado, parece ser que todos los habitantes del mar quisieron celebrar el nuevo nacimiento, ya que peces, medusas, un dragón marino y demás animales naúticos se reunieron en la calle principal de Bilbo, sumergiendo a los allí presentes en un mundo submarino. Este es el último trabajo de la compañía Teatro Imaginario, titulado «Un sueño de agua», con el que aseguran vistosidad, fuerza plástica y color. Su espectáculo se basa en las técnicas de calle de grandes construcciones, ya sea hinchables, zancos, cintas, técnicas de circo, pirotecnia o fuego.

Los que más estaban disfrutando, sin lugar a dudas, fueron los más pequeños, quienes no paraban saludar a los personajes y asombrarse con el tamaño de la ballena y demás protagonistas. Así y todo, también se podían ver expresiones de sorpresa entre los más mayorcitos. Y es que de eso trata la cabalgata: de sorprender. Cuando el público acaba de conocer a un personaje, animal u objeto no identificado, otro nuevo aparecía quitándole protagonismo al anterior y captando la atención de todos.

La intensidad del pasacalles no disminuyó a medida que hacía su recorrido, que finalizó en el Sagrado Corazón. Con el fin de involucrar a la multitud en la fiesta, una especie de traviesos «cazafantasmas», interpretados por Les Vernisseurs, lanzaban cintas de color azul. Más de uno acabó enredado en ellas.

Aproximadamente en la mitad del animado trayecto, el Orfeón San Antón Abesbatza puso el toque tradicional al evento. Alzados en una camioneta decorada con «floripondios», cautivaron con una genial exhibición de sus voces. Este orfeón está integrado por 40 personas que actúan bajo la dirección del maestro Alfredo Hurtado. Nacieron en Bilbo, nada menos que en el año 1947, con el propósito de fomentar y cultivar las tradiciones euskaldunes.

Por detrás de la variada procesión, como si de otro componente del espectáculo se tratara, el personal de limpieza se afanaba en borrar el rastro del paseo de la ballena y todos sus amigos. De ello se encargaban alrededor de seis máquinas barredoras y bastante más personal de a pie que portaban unas máquinas que expulsaban aire. Buena nota en la caracterización de estos trabajadores; ellos si que parecían auténticos «cazafantasmas».

En resumen, colorido, música y deleite visual en pleno centro de Bilbo. Durante el curso de la cabalgata, la Gran Vía sólo tenía ojos para la ballena, su familia e invitados. A partir de las 19.00, el tráfico se cortó durante unas horas para dar paso a otro tipo de circulación mucho menos contaminante. Parece que esta iniciativa festiva está echando raíces en las fiestas de Bilbo, convirtiéndose en un acto indiscutible dentro del programa festivo. Nadie puede negar que mueve a mucha gente de todas las edades y que ofrece un espectáculo muy diverso y de gran calidad donde compañías de diversas disciplinas artísticas venidas desde numerosos sitios participan. La ballena, el pulpo y ahora, el besugo, son la excusa, pero se puede decir que el atractivo de la ceremonia va mucho más allá.

El año que viene ya se verá qué novedades trae este ritual. Desde luego, este año el recién nacido besugo ha puesto el listón muy alto.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo