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Clásica de Hamburgo

Los esprinters no dan caza a Ballan

El pelotón llegó muy desgastado y sin orden, con lo que el italiano de Lampre aprovechó su oportunidad en un gran último kilómetro

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GARA | HAMBURGO

Casi de casualidad, ya que en realidad estaba lanzando el esprint de su compañero de Lampre Danilo Napolitano, pero Alessandro Ballan logró la victoria más importante de su carrera al imponerse en la Vattenfall Cyclassics de Hamburgo.

Rompiendo la tendencia de las últimas ediciones, el italiano de Lampre comenzó a tirar del pelotón en el último kilómetro y a la salida de una curva vio que había abierto hueco. Los 500 metros restantes fueron una persecución entre el transalpino y la jauría de esprinters que a punto estuvo de pasarle por encima. El podio de la clásica de Hamburgo lo completaron el cántabro Óscar Freire, vencedor en 2006, y el sorprendente Gerald Ciolek, que a punto estuvo de completar la semana con «póker» de triunfos.

De todas maneras, el protagonismo de la jornada se lo llevaron tres aventureros quienes, entre el kilómetro 12 y el 217 ocuparon la cabeza de la carrera, hasta el pelotón decidió denegarles cualquier permiso de lucimiento.

Un australiano, Luke Roberts, de CSC; y dos holandeses, Gerben Löwik, de Rabobank; y Floris Goesinnen, de Skil-Shimano; pusieron la salsa a una clásica donde el gran grupo se tomó las primeras horas de la prueba con mucho tiento, a sabiendas de lo largos que se hacen 229 kilómetros. De esta manera, el trío cabecero llegó a disfrutar de hasta 14 minutos de renta. A partir de ahí, la entente entre T-Mobile, Milram, Liquigas, Lampre y Rabobank hizo que se esfumara cualquier opción de sorpresa.

Velocidad y ataques

Porque los últimos kilómetros se hicieron a toda velocidad. El trepidante ritmo hizo que las 167 unidades del principio se fragmentaran en diversos grupos, dejando a los rodadores y los esprinters copando los primeros lugares.

Sin embargo, las cosas no iban a resultar fáciles. El descontrol era más que evidente y en un momento se formó un peligrosísimo grupo en cabeza compuesto por Voigt -CSC-, Wegmann -Gerolsteiner-, Ricco -Saunier-, Bettini -Quick Step-, Lastras -Caisse D'Epargne- y Veikkanen -Française Des Jeux-. No obstante, Milram, T-Mobile y Rabobank abortaron la fuga.

A falta de seis kilómetros y medio, un ataque espeluznante de Vladimir Gusev, de Discovery, y el australiano de Ag2r Simon Gerrans rompió la organización del pelotón. Ambos escapados demostraron ser excelentes rodadores, especialmente el ruso, y con su empuje fueron desgastando sobremanera a los gregarios que había en el pelotón, aunque lograron dar con la pareja fugada.

El esfuerzo de los lanzadores dejó el pelotón sin cabeza, orden ni concierto a falta de poco más de dos kilómetros. Muchos eran los llamados para un único elegido en la meta.

Al relevo de Flecha le siguió el lanzamiento de Alessandro Ballan, que pretendía dejar el camino expedito a Danilo Napolitano pero, sorprendentemente, el italiano se vio a sí mismo con una pequeña ventaja sobre el pelotón y observó en la meta de Hamburgo las puertas del Edén abiertas de par en par.

Los últimos 500 metros fueron una lucha a brazo partido entre un Ballan crispado y un esprint desatado que se lanzaba sobre él. De hecho, no le sobró ni medio metro, porque entre Freire y Ciolek estuvieron cerca de robarle la victoria, pero no lo lograron.

 

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