Trofeo Reyno de Navarra
Los penaltis cayeron del lado rojillo en un encuentro para olvidar
Sin la tensión de un partido oficial, Osasuna no mostró su mejor cara ante el Legia, si bien el verse por detrás en el marcador espoleó a los de Ziganda para hacerse con su trofeo tras ser más precisos desde los once metros.
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Osasuna necesitó de los penaltis para superar al Legia de Varsovia en un insulso partido, en el que la falta de puntos en juego condicionó el choque y donde la ausencia de ritmo fue la tónica dominante. Los rojillos llevaron el peso, pero sólo algunos destellos de Font y las ganas que le puso un desacertado Pandiani fueron lo más destacable.
La primera parte discurrió por esos derroteros, la pelota fue rojilla, pero sin apenas profundidad. Lo más destacable, las dos ocasiones de que dispuso Pandiani. Una a la media hora de juego tras un preciso centro de Corrales que el uruguayo no consiguió concretar con la suficente efectividad y se marchó fuera por el poste izquierdo defendido por Skaba.
La segunda, ocho minutos más tarde, tras realizar una pared con Azpilikueta, lo que le permitió enganchar un disparo raso que salió bastante desviado, entre otras cosas porque el ariete no terminó de conectar el esférico todo lo bien que hubiera querido.
Dos acometidas junto con un disparo lejano de Izquierdo (m.6) fueron el escaso bagaje ofensivo de los primeros cuarenta y cinco minutos. Poco más que lo que protagonizó el Legia, cuya mejor aproximación vino de la mano de Korzym, mediante un tiro con su pierna mala que no provocó peligro alguno.
Espoleados por el 0-1
Pese a la solitaria llegada de los polacos, fueron éstos quienes se adelantaron en el marcador al cuarto de hora de la reanudación en la única jugada que trenzaron con criterio. Grosicki se fue por banda derecha, su disparo tropezó con el pecho de Ricardo y el rechace fue aprovechado por Chinyama para anotar a puerta vacía.
El tanto encajado espoleó en cierta manera la parsimonia rojilla y los cambios que comenzó a introducir Ziganda le dieron algo más de mordiente al equipo. Fruto del acoso a la portería visitante llegó el gol del empate a cargo de Josetxo, quien aprovechó un servicio desde el saque de esquina de Puñal para, con la coronilla, enviar a la red.
Para que no faltara de nada, Zbozin estuvo a punto de darle la victoria a los anfitriones con un mal despeje que repelió el poste antes de los penaltis.
Previa la puesta de largo del primer equipo, el acto dio pie a la presentación de catorce de los equipos que conforman la cantera rojilla, sólo faltó el juvenil de División de Honor, que se encontraba disputando un encuentro en tierras cántabras.
Así, saltaron al césped los componentes de los conjuntos de la categoría benjamín (A y B), alevín (A, B, C y D) -estos dos niveles van a desaparecer para esta próxima temporada, además del fútbol 7-, infantil (A y B), cadete (A y B), sub 16 femenino, juvenil de la Liga Nacional y Osasuna Promesas. En total, casi 250 jugadores.