Después de leer los comentarios hechos hace unos días por los portavoces de la asociación de ganaderos de Karrantza, vemos que todavía hay gente que no comprende cuál es el problema actual con los buitres. Y no es otro que no tener comida. La Diputación obliga a retirar todo el ganado muerto del monte, por lo que de repente los buitres y demás aves carroñeras se han quedado sin alimento. Ante esa tesitura no es posible que los buitres aprendan a buscarse la comida, tal y como pide Juan Antonio Sainz, ya que no la hay en el campo. Y esto provoca que haya buitres que mueran de hambre o que hayan tenido una reproducción nefasta esta temporada. Para solucionar esto se deberían hacer estudios completos sobre cuánto alimento necesitan los buitres que sobrevuelan Bizkaia para proporcionarles ese alimento, bien sea dejando el ganado muerto en el campo o con pequeños muladares repartidos por los lugares más adecuados, incluida la reapertura del muladar de Ordunte. Hay que recordar que en Bizkaia no tiene ningún sentido el retirar el ganado muerto por miedo a la enfermedad de las vacas locas, ya que, con el tipo de cabaña ganadera existente, el riesgo es mínimo. Y esto no es algo que pidamos sólo los conservacionistas, sino que también lo reclama el principal sindicato ganadero de Karrantza, EHNE. Por eso, comentarios como los realizados por esta asociación que, por cierto, sería interesante saber cuánto ganado tienen y qué representatividad tienen en el valle de Karrantza, no ayudan a la conservación de las aves carroñeras.

Respecto a los ataques al ganado, es cierto que ahora existen, pero en circunstancias muy concretas, animales débiles y en número por suerte muy bajo. No debemos permitir que se aproveche la coyuntura para intentar colar muchas muertes de ganado como ataque de buitres, y menos aún decir que siempre han existido esos ataques. Sólo es necesario mirar los historiales de muerte de ganado para ver que no existen prácticamente denuncias en años anteriores