Ayer se llevó a cabo en Iruñea una concentración ante la cárcel para denunciar el encarcelamiento de Julio Villanueva, ocurrida el viernes pasado. Se le acusa de cortar los cables que en el 1996 paralizaron durante seis meses las obras del pantano de Itoitz. Ayer se defendió su lucha a favor de la tierra, ya que ha sido un activista en contra de proyectos destructivos como lo han sido la autovía de Leitzaran, el pantano de Itoitz o el TAV, y se gritó a favor de su libertad, entre ánimos por parte de sus compañeros. Julio Villanueva es conocido por su labor en distintos ámbitos, como en la lucha ya mencionada o en el gaztetxe Euskal Jai, y también por su dinamismo. Hasta su detención residía en Donibane Garazi, donde ayer habían convocado una concentración.

En Iruñea se vieron pancartas denunciando la situación generada por el pantano de Itoitz, como la destrucción de pueblos, y se señalaron los intereses económicos del proyecto. También se proclamó la defensa de la tierra: «Ama Lurra defenda dezagun! Lurra defendatzeagatik lau urteko espetxe zigorra». Entre reivindicaciones de todos los colores, destacaba uno por su colorido: entre el grupo de niños que correteaban por la plaza, uno portaba una banderola que aclamaba «Julio Askatu!». Y es que entre los asistentes los había de todas las edades, unidos tras la pancarta principal que decía «Itoitzekiko elkartasuna aurrera! Julio Askatu! ¡Ni presas, ni presos!». También se posicionaron en contra de las cárceles, con gritos como «Abajo los muros de las prisiones», «Espetxeak apurtu» o «Euskal Presoak etxera», entre otros.

Pasados unos minutos el ánimo de todos los participantes subió de golpe, cuando un brazo que portaba una camiseta blanca apareció de entre los barrotes. Silbidos y gritos subieron de volumen: «Aupa Julio!». Tras unos minutos de emoción se despidió, e hizo su aparición el arco iris, justo por encima de la cárcel; así le gritó una mujer desde la plaza: «¡Julio! ¡Has hecho que salga el arco iris!». La concentración se iba animando por momentos: Primero fueron los sonidos de la txalaparta, y más tarde un jóven se atrevió con el acordeón. Los más alegres lo acompañaron cantando, y no tardó en formarse un corro donde se bailó «Zazpi jauzi». Entre las canciones, una que decía: «¿Y el pantano pa(ra) que? Pa(ra) llenarse los bolsillos matarilerilerile...». Aunque un ligero sirimiri empezó a caer sobre los allí reunidos, y algunos optaron por irse pasada la media hora, la mayoría siguió en su sitio, más de una hora.

Vigilancia policial

Agentes forales con la cara cubierta controlaban el acceso a la plaza de entrada a la Audiencia de Nafarroa, y otros lo hacían en la puerta del edificio. Además, la Policía española vigilaba desde la carretera.