Un vecino y ex-concejal de la izquierda abertzale en Zierbena, Damaso Lazkano, denunció el viernes la agresión que sufrió por parte del alcalde y del hijo de éste cuando colocaba unos carteles denunciando irregularidades llevadas a cabo en el Ayuntamiento de la localidad. La denuncia recoge que sobre las 22.30 del pasado viernes, Lazkano se hallaba en el puerto de Zierbena cuando el alcalde, Marcelino Elorza, y su hijo Markel, se aproximaron y el primero lo desplazó para arrancar los carteles que había pegado. Elorza gritó «te voy a matar, no ahora que hay testigos, te arranco la cabeza» y cuando Lazkano intentó replicar, el hijo le gritó «te voy a dar una ostia y te voy a arrancar la cabeza», según se recoge.

Según contó a GARA Lazkano, el alcalde estaba muy alterado, y agradece la aparición de dos pescadores, ante los que padre e hijo cesaron en los ataques. Explicó que lleva años denunciando varios hechos que tienen lugar en Zierbena, y en el caso del viernes pasado, se encontraba poniendo carteles dando a conocer las irregularidades que presenta un acuerdo que se aprobó el día 12 del mes pasado para catalogar como zona industrial unos terrenos que hasta ahora servían como zona de servicio. El acuerdo se aprobó con los cinco votos del PNV, con mayoría en el Ayuntamiento, y Lazkano solicitó la revocación del mismo por no cumplir con la ley que señala la obligación de consulta en los Ruegos y Preguntas de los plenos. El alcalde se negó a responder al concejal de EAE-ANV sobre las razones del cambio de catalogación.

«Lo que no quiere nadie»

Y es que tal y como denunció Lazkano, la verdadera intención de dicho acuerdo es facilitar la instalación en Zierbena de empresas «altamente contaminantes, peligrosas e insalubres, y que no los quieren en ningún lado». El Consejo de Administración Portuaria publicó en un medio de comunicación la intención de abrir instalaciones de la empresa Defesa, y también se ha conocido el traslado desde Lutxana de la fábrica de Sefanitro. Según Lazkano, éstas se sumarán a las actividades nocivas que tienen lugar en Zierbena, cercanos al núcleo urbano, y que, mientras los ayuntamientos de los alrededores intentan evitarlas, «en Zierbena es al revés».