La cucaña fue la novedad del día de ayer en las txoznas del Arenal. El estreno de la cucaña tuvo un gran éxito, ya que miles de personas abarrotaban los alrededores de la ría ansiosas por ver cómo los participantes saltaban al agua.

El acto, que comenzó con un cuarto de hora de retraso, fue presidido por la txupinera Larraitz Cisneros. La climatología adversa y el agua sucia del Ibaizabal no echaron para atrás a los veinte participantes. Es más, antes de comenzar con la prueba se les veía motivados y con muchas ganas de saltar. Tanto es así que, el primer participante fue el primero en coger la bandera que colgaba del extremo del tronco.

Después de caer al agua, este chaval nadó con todas sus fuerzas hacia las escaleras. Parece ser que bañarse en la ría a la altura del Arriaga no es lo más agradable con lo que se puede encontrar uno. «Huele a mar, ¡pero abres los ojos y se ve amarillo!» nos comentaba un saltador desde el agua. Otro de los participantes, que ya saltó a la ría en las últimas fiestas de Bilbao la Vieja, decía justo antes de dar los primeros pasos sobre la cucaña que «no es para tanto lo de la suciedad». Después de esto añadía con sorna que «han tenido que mover el desagüe de aquí al lado, ¡para que la mierda no llegue aquí!». A pesar de todo unos veinte jóvenes se animaron a saltar.

Antigua tradición

Con la celebración de la cucaña las comparsas han querido recuperar una antigua tradición. Parece ser que la cucaña era la protagonista de las fiestas hasta el final del siglo XIX. Después vino la contaminación de la ría y la tradición se perdió. Ahora que la situación del agua es mejor que hace unos años, la cucaña vuelve al Arenal.