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INICIO DE CURSO EN LAPURDI, NAFARROA BEHEREA Y ZUBEROA

La vuelta a las aulas pone a prueba los bolsillos

Los más pequeños han sido los primeros en estrenar el curso escolar. En algunos centros de Zuberoa, Nafarroa Beherea y Lapurdi las clases se abrieron ayer, aunque para la mayoría de los alumnos de maternal lo harán a partir de mañana. La vuelta a las aulas implica muchos cambios. Y un esfuerzo considerable para los bolsillos.

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Maite UBIRIA

La llamada a las aulas se hará de forma escalonada un año más. Ayer, los más madrugadores fueron los alumnos de menor edad de los tres herrialdes del norte del país. Mejor dicho, una parte de ellos, porque la mayoría se incorporará a partir de mañana. Como cada arranque de curso, las prisas, la ilusión y los nervios se agolpaban ayer en algunos patios escolares. Ese era el caso de la ikastola de Urruña, uno de los centros que han madrugado en este arranque del curso. Un café para los padres y madres a la entrada de las aulas ayudó a hacer más llevadero el madrugón del primer día.

Para los chavales y chavalas el regreso a las clases tiene sabor a estreno, pero para las familias supone inevitablemente afrontar gastos suplementarios. A las puertas de este nuevo curso, las asociaciones de madres y padres han lanzado la voz de alarma sobre el aumento del coste de los materiales escolares. En concreto, las estimaciones hablan de una subida por encima del 2% con respecto a 2006. Aunque los cálculos son muy diferentes dependiendo del nivel de estudios, las dos asociaciones con mayor representatividad en el Estado francés sitúan el costo medio de la rentrée de los más pequeños por encima de los 220 euros, una cifra que se elevaría hasta los 800 en los grados inmediatamente anteriores a la universidad.

Una cifra muy superior

En todo caso, a ese desembolso de partida hay que añadir un buen número de gastos que no figuran en el presupuesto medio. Es decir, a la inversión derivada de la elección del centro escolar hay que sumar otras facturas para nada menores: libros y material escolar, ropa y calzado, comedor, transporte, actividades deportivas y culturales fuera del centro escolar, y en cada vez más casos el servicio de guardería con el que se trata de completar el horario escolar para tratar de hacerlo un poco más compatible con las obligaciones laborales de los progenitores.

Para tratar de amortiguar algo el golpe que implica para la economía familiar el arranque del curso, algunas familias de Nafarroa Beherea, Zuberoa y Lapurdi disponen de la llamada allocation de rentrée scolaire. Esta subvención estatal no es universal sino que se concede en función de la renta y alcanza este curso la cifra de 271 euros. Desde otras instancias administrativas como los consejos regionales se conceden otras ayudas parciales, limitadas por los general a gastos de libros, comedores y guarderías. En todo caso, estas subvenciones están dedicadas en exclusiva a familias en situación económica más desfavorable y se relacionan más con los programas de emergencia social que con una política tendente a promover la gratuidad de la enseñanza.

A la vista de que los precios han subido por encima de las previsiones de la inflación, desde algunas asociaciones se reclama una revalorización de las ayudas para el inicio del curso escolar. Sin embargo, parece poco probable que un gobierno que quiere eliminar 11.000 puestos del sistema educativo en 2008 vaya a habilitar partidas suplementarias para compensar la subida de precios de las mochilas, la ropa y el calzado y los materiales de papelería, que son los artículos que, según indican las encuestas, se llevan la palma en las alzas de precios que acompañan este arranque de la operación retorno a las aulas en Euskal Herria.

Un contexto preocupante

Las asociaciones de consumidores remarcan que a este encarecimiento del inicio de curso se suman otros factores que amenazan con desequilibrar aún más los presupuestos de no pocas familias. De una parte, se señala el aumento de las cuotas por los préstamos hipotecarios, pero también se alerta sobre el impacto en las economías domésticas de otras reformas impulsadas por la adminisración Sarkozy. El presidente francés se ha convertido en un comentarista de las actuaciones judiciales y a cada caso que adquiere relevancia en los medios, Sarkozy anuncia una nueva reforma legal que siempre responde al objetivo de aumentar el número de personas encarceladas -en prisiones o en cárceles psiquiátricas- en el país.

Sin embargo, esos golpes de efecto no pueden ocultar un creciente malestar social por los impactos de las reformas en materia de empleo o para reducir el déficit de la Seguridad Social a costa de los contribuyentes. Máxime cuando el presidente reduce los impuestos a las grandes fortunas con una mano mientras que con la otra se dispone a limitar drásticamente el número de benefi- ciarios del salario de inserción social.

La progresiva erosión del sistema público se hace sentir en las economías populares, en las que tienen fuerte repercusión los precios de otros productos de primera necesidad. Así, a la factura de la «vuelta al cole» los organismos de apoyo a las familias suman otras. «La subida por encima de los límites de lo razonable de productos como la leche, las patatas, la verdura o los cereales son un auténtico rompecabezas para las economías más ajustadas», señalan.

La vuelta a las aulas ha comenzado y con ella se atisba ya la dura cuesta de otoño.

 

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