Antonio Alvarez Solís Periodista
La difícil fe del ciudadano
Para creer en los gobiernos, particularmente en el de España, hay que estar penetrado por la fe que definía el popular catecismo del P. Astete: «Fe es creer lo que no vemos». Leo ahora que el Ministerio del Interior estima que existen cuatro comandos de ETA en situación de ataque y que la organización armada opera con pleno vigor táctico, como es crear una falsa pista portuguesa. Aún hace unos días el Gobierno del Sr. Zapatero adelantaba su victoria en esta larga guerra aduciendo que ETA yacía postrada, que su debilidad era creciente y que sus comandos, en varios casos, operaban a su aire, o sea, como un ejército derrotado que deja tras sí restos de guerrilla. Ahora ese mismo Gobierno advierte de que ETA está en disposición de demostrar su fuerza y sembrar el terror y la confusión entre la población española. Esta última frase la entresaco de la información periodística que asegura beber en el entorno del Sr. Rubalcaba. Procedamos sin un ápice de manipulación
Hagamos, pues, las cuentas siguiendo la segura contabilidad de la coherencia. Primer supuesto: el Gobierno no tiene idea del estado de ETA ni de su capacidad de movilización entre la juventud vasca. A no ser que se mantenga la genial idea de que la nación vasca es una nación formada por dementes que en cualquier momento cogen el fusil súbitamente y se van al monte, donde hallan por generación espontánea armas, planes y medios diversos de acción.
Segundo supuesto: el Gobierno miente y trata de allegar votos hinchando el globo de la inseguridad, que siempre conduce a la doncella a matrimoniar con el cacique del pueblo. El Sr. Rubalcaba es un enérgico soplador de esta clase de aerostatos, o principal gaitero de esta romería socialista, como demuestran sus constantes declaraciones en tal sentido.
Supuesto final: el Gobierno acentúa la alarma a fin de compensar su desgobierno en multitud de materias políticas, morales, económicas y sociales.
Conclusión general: ¡Yo que sé!