Angel Aldalur Plazaola
No tolerar, no permitir
Si es deber inexcusable de todo militante afiliado al Partido Nacionalista Vasco trabajar en pro de la liberación nacional y social de Euskadi, en nuestra patria, sobran y cansan tantas y tantas conjeturas sobre el PNV de uno o de otro. Agarrémonos con fuerza a las palabras del lehendakari y no toleremos dentro de nuestras filas discursos salidos más bien de «estómagos agradecidos» que de militantes nacionalistas. Son estas pequeñas tolerancias las que a la larga obligan a permitir comportamientos difícilmente entendibles para el común de la militancia.
No toleremos cambios de rumbo, sea quien sea el timonel de la nave que -como dice la canción- debe conducirnos a nuestra plena autodeterminación. No permitamos «pactos a la baja» concediendo a la otra parte la facultad de romper, negar y, lo que es peor, ningunear lo pactado. No permitamos que nadie nos robe el presente, tal como nos robaron el pasado. No toleremos demoras en al- go tan básico como el poder de decisión. Apeemos de este tren a los viajeros sin prisa que parecen no darse cuenta de cuántos y cuántos vieron cómo pasaba sin llegar jamás a su destino. No toleremos ni permitamos que nadie nos niegue nuestro derecho a ser preguntados.
Si así lo hacemos y lo logramos, habremos cumplido. Y qué mayor orgullo para un militante nacionalista que «el deber cumplido».