El secretario de Organización del PSOE desembarcará el sábado en Iruñea por vez primera desde el inicio de la crisis abierta en el PSN a raíz de la decisión de su ejecutiva, capitaneada por Carlos Chivite y por el dimitido Fernando Puras, de aceptar la decisión de Madrid de entregar el Gobierno del herrialde a Miguel Sanz. Lo primero que llama la atención es que la persona encargada de anunciar el cambio de tercio en la estrategia del PSN no haya aparecido hasta ahora por la sede del partido de Sarasate. A partir de ahí, es lógico que la reunión del comité haya despertado un interés especial tanto en la dirección del partido como entre quienes mantienen una actitud más crítica ante la imposición de Ferraz. Para Chivite, la visita de Blanco es un espaldarazo a la política de cierre de heridas que, por lo visto con poco éxito, lleva como máximo responsable del PSOE en Nafarroa. Para el llamado sector crítico, el comité regional es el foro propicio para expresar su malestar. Por lo demás, la iniciativa de 22 agrupaciones del partido en la Ribera tiene un elemento interesante como es la petición de que el PSN cuente con un nivel suficiente de autonomía y pueda decidir desde una posición de más igualdad con respecto a Madrid. Una exigencia nueva en un partido creado como cortafuego a la capacidad de decisión de los vascos.