La Oficina de Supervisión del Gobierno de EEUU (GAO, por sus siglas en inglés) ha preparado un informe que constata el fracaso de EEUU en Irak, según publica en su edición digital «The Washington Post».

El rotativo, que describe como «notablemente negativo» el borrador del informe de 69 páginas, explica que el funcionario que ha filtrado el informe teme que sea «aguado» en su versión final, tal y como ocurrió así con el último informe mensual National Intelligence Estimate, que agrupa los puntos de vista de 16 agencias federales estadounidenses.

Según el borrador, «Irak sólo ha logrado alcanzar tres de los 18 objetivos» fijados por los congresistas estadounidenses para evaluar su progreso político y militar en Irak.

Entre los fracasos destaca que «la legislación clave no ha sido aprobada, la violencia continúa siendo alta» y no hay ni siquiera garantías de que el Gobierno colaboracionista vaya a invertir los miles de millones de dólares comprometidos para proyectos de reconstrucción.

En la misma línea, subraya que no han sido aprobadas reformas constitucionales «imprescindibles, el fracaso en el proceso de depuración de los miembros del ex gobernante partido Baath y la falta de legislación sobre el petróleo».

Según este documento, el número de unidades militares iraquíes colaboracionistas capaces de operar independientemente ha descendido de diez a seis entre los meses de de marzo y julio.

Planes de retirada parcial

Un segundo estudio, esta vez del Centro para el Progreso de América, asegura que EEUU podría retirar la mayor parte de sus tropas desplegadas en Irak, de forma segura, en el plazo aproximado de un año y considera que el Ejecutivo estadounidense debe comenzar a planear la retirada de forma inmediata.

Con la excepción de dos brigadas compuestas por unos 8.000 efectivos que permanecerían en Kurdistán Sur, EEUU retiraría al grueso de sus tropas a través de Kuwait, inicialmente, según el estudio realizado por el think tank que dirige John D. Podesta, antiguo jefe de gabinete del ex presidente Bill Clinton.

Eso sí, una brigada y un batallón aéreo compuesto por unos 70 u 80 aviones permanecerían en Irak de forma indefinida.

El centro de estudios apunta a que una guerra civil abierta podría obligar a EEUU a retirar a su actual contingente, integrado por unos 162.000 efectivos, en un plazo de tres meses, escenario que obligaría a dejar atrás los equipos y material de valor.

Lawrence Korb, antiguo funcionario del Pentágono, especializado en recursos humanos y logística, entre 1981 y 1985, y uno de los autores del informe, explicó que «es esencial que el Ejército comience a planear la fase de retirada de Irak ahora, para que pueda estar completa, de forma segura, en los próximos 10 o 12 meses».

El informe asegura que sólo así podría concluir la retirada a finales del próximo mes de julio «con mucho más cuidado con el que invadieron y ocuparon» Irak. «El tiempo para las decisiones a medias y los experimentos ha acabado, ahora es el momento para el repliegue estratégico y logístico oportuno», concluye el informe.

Korb destacó que los más de 100.000 iraquíes que colaboraron con EEUU durante la ocupación de Irak deben ser evacuados por «responsabilidad moral» de Washington y porque «no hay ninguna razón para que no puedan reasentarse en Estados Unidos fácilmente».

Todos estos documentos ven la luz a escasas dos semanas de la presentación de un informe oficial al Congreso sobre la situación en el país ocupado.