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Dos declaraciones de amor del cine francés a las canciones

Se estrenan de forma simultánea dos películas francesas en las que el protagonismo lo ocupan las canciones, sin necesidad de tratarse de incursiones en el género musical. «Chanson d'amour» es un drama romántico y «Secretos cantados» es un drama familiar, pero en ambos casos los actores tienen que cantar. En uno es Gérard Depardieu el que pone a prueba su capacidad vocal, reto al que también se presenta en el otro la actriz Emmanuelle Béart.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Xavier Giannoli hace en «Chanson d'amour» una reflexión sobre la inseparable relación entre las canciones y el cine, fuera de un género tan específico como pueda ser el musical. La canción, por su composición de letra y música, funde texto y melodía, ideas y sentimientos. Desde ese punto de vista, lo que pretende es reivindicar la canción popular, ya que a través de sus letras sencillas y sus melodías pegadizas conforma todo un cauce de expresión, con su pequeña filosofía de la vida dentro. Es bien sabido que el destino de la gente, acontecimientos que marcan su existencia, va ligado a determinadas canciones, sobre todo si se habla del amor, por lo que no hay ceremonia de boda sin la canción elegida por los novios. En contra de ese extendido falso tópico que adjudica una consustancial pedantería al cine francés, Giannoli es muy respetuoso con la cultura popular. El único precedente al respecto registrado a este otro lado de la frontera, aún no siendo en teoría pedantes ni estando llenos de prejuicios, es el de la extraordinaria película «O.T.», de Jaume Balagueró y Paco Plaza.

Los distribuidores suelen ser más papistas que el Papa a la hora de poner títulos para la versión doblada al castellano, y ya hasta se los inventan en francés. El título original de la película de Giannoli es «Quand j'étais chanteur», en referencia a la canción homónima de Michel Delpech. No está puesto por casualidad o capricho, sino que se convierte en un himno y una declaración de intenciones. Delpech, precisamente, podría ser el prototipo de ese cantante al que se suele definir como «hortera», término injustamente utilizado, por cuanto no se adjudica a artistas consagrados que sí se lo merecerían. Frente a tanta discriminación, el cineasta considera que mofarse de los oficios de la gente corriente es un recurso de clasistas y de vagos que van de intelectuales. De ahí que trate con tanto respeto a los cantantes de salas de fiestas o de verbenas, que se ganan la vida haciendo versiones.

Gérard Depardieu canta las canciones que suenan en la película, ya que no necesitaba hacerlo especialmente bien, bastaba con que pusiera emoción. Son los temas que interpretan los verdaderos protagonistas de la historia, al servir de vehículo para parejas de enamorados. Es un cantante que ha sido testigo de muchos encuentros y de muchas rupturas sentimentales a lo largo de su vida, siempre con las canciones como banda sonora. Así se entiende que no falte un tema del imprescindible Serge Gainsbourg, en concreto el obligado «L'anamour». Pero «Chanson d'amour» no tiene un planteamiento nostálgico, puesto que al fin y al cabo este tipo de cantantes son unos currantes y tienen que poner su repertorio al día para que les sigan contratando, incorporando sonidos de moda, lo que suena en los concursos televisivos.

Depardieu y Cécile de France protagonizan una historia de amor imposible, porque pertenecen a mundos distantes entre sí y lo que les une es la misma sensación de soledad. El cantante le dobla la edad a la joven agente inmobiliaria, que acaba de salir de una relación fallida y tiene un hijo pequeño a su cargo. Con la excusa de adquirir una nueva vivienda él comienza a verse con ella, siendo los testigos de su romance pisos vacíos o esas salas de fiesta en las que ella se siente extraña en medio de tanta gente madura.

Unidos por una herencia

Lo que cambia en el argumento de «Secretos cantados» es que todos los protagonistas de esta historia coral pertenecen al mundo del espectáculo, unidos por relaciones profesionales o familiares. De hecho, el título original de «Le héros de la famille» lo aclara ya de entrada. El realizador Thierry Klifa viene a decir que en ese ambiente de las variedades son como una familia, a la que le une más el corazón que la sangre, aunque ya se sabe que las peleas y conflictos que derivan de dicho músculo son todavía más pasionales.

Lo que pone en contacto a los personajes de «Secretos cantados» es una herencia, cuya lectura sigue al fallecimiento del dueño de un cabaret de Niza llamado El Loro Azul. El finado es el veterano actor Claude Brasseur y como herederos aparecen los jóvenes Michaël Cohen y Géraldine Pilhas como los ahijados. Son los hijos de un mago encarnado por Gérard Lanvin, a quien el dueño del cabaret recogió de muy joven. Se encuentra dividido entre las mujeres de su presente y del pasado, interpretadas por Emmanuelle Béart, Miou-Miou y Catherine Deneuve. Éstas dos últimas son las respectivas madres de los herederos y la primera es la que hace de cantante venciendo sus limitaciones vocales.

Estrenos

«CHANSON D'AMOUR»

T. o.: «Quand j'étais chanteur».

Dirección y guión:

Xavier Giannoli.

Intérpretes: Gérard Depardieu, Cécile de France, Mathieu Amalric, Christine Citti, Christophe, Alain Chanone, Marie Kremer, Parick Pineau, Antoine de Preckel.

País: Estado francés, 2006.

Duración: 112 minutos.

Género: Drama romántico.

«SECRETOS CANTADOS»

T. o.: «Le héros de la famille».

Dirección: Thierry Klifa.

Guión: Thierry Klifa y Christopher Thompson.

Producción: Saïd Ben Saïd.

Intérpretes: Gérard Lanvin, Emmanuelle Béart, Miou-Miou, Catherine Deneuve, Claude Brasseur, Michaël Cohen, Geraldine Pailhas, Valérie Lemercier, Gilles Lellouche.

País: Estado francés, 2006.

Duración: 103 minutos.

Género: Drama familiar.

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