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CRÓNICA | DÍA NACIONAL DE CATALUNYA

«Boom» al calor de la Diada en el debate en clave soberanista

La clase política catalana anda revuelta este fin de verano. El colapso en las infraestructuras ha sido la gota que ha col- mado la paciencia de gran parte de la población. El sentimiento generalizado es que la responsabilidad de la crisis recae en la imposibilidad que tiene Catalunya para decidir libremente su futuro y gestionar de modo soberano las infraestructuras del país.

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Laia ALTARRIBA i PIGUILLEM, Barcelona

La arena política se ha llenado, pues, de propuestas en clave soberanista. La novedad es el «boom» de plataformas surgidas de la sociedad civil o de sectores críticos de los principales partidos que se han sumado con propuestas al debate. Todos estos posicionamientos encuentran estos días un mayor eco coincidiendo con la celebración, hoy 11 de setiembre, de la Diada Nacional de Catalunya.

El colapso de las principales infraestructuras en Catalunya los últimos meses, con sus momentos álgidos en el apagón eléctrico que sufrió la capital y los retrasos y averías prácticamente diarios en el tren de cercanías de Renfe, ha sido el pistoletazo definitivo para que mu- chos dirigentes políticos catalanes hayan mostrado cuáles son sus cartas en la partida para ganarse el centro referencial del catalanismo y trazar el camino del país los próximos años.

El líder de ERC, Josep-Lluís Carod-Rovira saltaba a la plaza a finales de agosto con la propuesta de celebrar un referéndum sobre la independencia de Catalunya en 2014, coincidiendo con el 300 aniversario de la caída de Barcelona frente a las tropas borbónicas. Pocos días después, el 4 de setiembre, Artur Mas tomaba la palabra para proponer la creación de una fuerza catalanista que fuera más allá de CiU: un proyecto abierto a ERC, a dirigentes del PSC y a la sociedad civil para refundar el catalanismo. Mas especificaba que el hilo conductor para esta refundación del catalanismo no puede ser el soberanismo, sino «el proyecto de país».

También los ex presidentes de la Generalitat han querido participar en el debate mediático. Jordi Pujol lo hizo con una propuesta un tanto sorprendente proviniendo de alguien a quien se identifica con la moderación, pues afirmó que «tendría sentido una huelga fiscal, ya que el Estado no cumple sus obligaciones elementales con el país». Pasqual Maragall, cada día más autónomo del PSC, se añadía a las reflexiones y apoyaba públicamente la propuesta de Pujol como medida extrema, y aseguraba que encontraba interesante la idea de refundar el catalanismo lanzada por Mas.

Refundar el catalanismo

Frente a esta propuesta de Mas, ERC se ha mostrado muy escéptica. Marina Llansana, portavoz de la formación republicana, asegura que las declaraciones del líder de CiU muestran una «grave falta de credibilidad de Artur Mas, porque esta propuesta actual contrasta con su actitud del 21 de enero de 2006, cuando aceptó rebajar el contenido del Estatuto surgido del Parlament de Catalunya». Desde ERC le han pedido a Mas que diga si está dispuesto a superar el marco autonómico actual y a convocar un referéndum de autodeterminación. «Aún no nos ha dado ninguna respuesta, no se ha manifestado en este sentido», lamenta Llansana.

La interpretación que hace la portavoz de ERC de la actitud de Mas de las últimas semanas es que CiU se encuentra a nivel interno en un momento muy crítico: «Los resultados de las últimas elecciones no han sido buenos para ellos. Es un partido estructurado durante muchos años alrededor del poder, pero este poder ya no existe, y hay una disputa por el liderazgo. Así que se tiene que entender como una propuesta de Mas para ocupar espacio mediático y ganar terreno frente a su socio Duran».

Sobre la propuesta de cara a 2014 hecha por Carod-Rovira, Llansana asegura que es una propuesta en firme, que forma parte de la declaración ideológica de ERC: «Ya estamos trabajando para que exista una mayoría social en 2014 a favor de la independencia».

Escepticismo

«Soy muy escéptico frente a las propuestas de estos partidos». Así de poco convencido se muestra Josep Anton Vilalta, portavoz nacional de las CUP (Candidatures d'Unitat Popular), frente al debate de las últimas semanas. Vilalta entiende las declaraciones y contradeclaraciones como un juego de los partidos para no perder parte de sus votantes, «pues son conscientes que cada vez más gente se cuestiona el sistema autonómico». Otra cosa es, según el portavoz de las CUP, que las bases de los partidos pongan en cuestión la situación política actual. Frente a esto, interpreta que «las direcciones hacen cambios en el discurso, pero son más cambios estéticos que de fondo. Soy escéptico sobre que puedan cambiar las líneas estratégicas».

Respecto al proyecto autodeterminista que ofrecen las CUP, Vilalta reconoce que, por su actual carácter municipalista, aún no tienen hoja de ruta hacia la independencia, pero añade que «lo que sí que tienen son puntos concretos para comenzar a trabajar, que empiezan por aumentar el nivel de concienciación y movilización de las clases populares catalanas, que tienen que ser las beneficiarias de este proceso».

La izquierda independentista trabaja de manera unitaria en la campaña «300 anys d'ocupació, 300 anys de resistència». Uno de los portavoces de la iniciativa, Aure Silvestre, coincide con el diagnóstico de Vilalta, y añade que uno de los ámbitos de trabajo de la campaña es la memoria histórica, muy necesaria en momentos de desorientación como el actual.

Precisamente Silvestre reivindica esta memoria histórica para hacer un símil con la actualidad: «A lo largo de los últimos 300 años mucha gente que se ha presentado como catalanista en realidad no ha trabajado por la soberanía, sino que ha colaborado con la ocupación; es lo mismo que está ocurriendo hoy en día. El hecho que ahora surjan las propuestas desde los partidos responde a su instinto de supervivencia, se tiene que entender como una salida hacia adelante frente a los problemas internos que tienen».

Plataformas catalanistas

Pero más allá de los partidos, la novedad se encuentra en los espacios que han surgido para el debate sobre el camino que debe tomar el catalanismo. Muchos de ellos surgen de entidades civiles, pero otros están vinculados directamente a forma- ciones políticas. La primera de todas ellas fue la Plataforma pel Dret a Decidir, que consiguió la adhesión de unas 500 entidades de un amplio abanico social dentro de catalanismo y que logró sacar a la calle a cientos de miles de personas en febrero de 2006 en contra del proceso de reforma estatutario.

En los últimos meses se le han sumado la Plataforma Sobirania i Progrés (vinculada abiertamente a ERC), la Plataforma per la Sobirania (movimiento de base de CDC que propone un acuerdo de gobierno con ERC y la celebración de un referéndum de autodeterminación), dos corrientes internas en ERC (que piden acentuar la apuesta independentista del patido), el Cercle d'Estudis Sobiranistes (formado por intelectuales y profesionales, que ayer presentó públicamente su manifiesto en el que se asegura que no hay más alternativa que la independencia) y la campaña Per un Aeroport Intercontinental (que ya ha recogido 112.000 firmas para que el aeropuerto del Prat se convierta en lanzadera de vuelos internacionales y no sea secundario respecto a Barajas).

Para Mònica Sabata, portavoz de la pionera Plataforma pel Dret a Decidir, «está muy bien que surjan todas estas plataformas, pero tendríamos que encontrar sinergias; sería triste que no fuéramos capaces de ponernos de acuerdo. Hemos empezado a hablar, pero aún queda mucho camino». Sabata considera que esta eclosión no ha surgido de la nada, «sino que es fruto del trabajo de muchas entidades que hace tiempo que están trabajando para reivindicar el derecho a decidir del pueblo catalán».

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