La supuesta etapa reina de la Vuelta resultó una quimera. La autopista que llevó a los corredores hasta la estación de esquí de Arcalís, en Andorra, dejó en evidencia la falta de dureza de la ronda española. Denis Menchov fue en carroza toda la etapa y confirmó su superioridad con una victoria sin despeinarse. El ruso, afincado en Iruñea, sale de la etapa reina con más de dos minutos sobre sus inmediatos perseguidores.

Menchov, Efimkin, Evans y Sastre, los cuatro primeros, llegaron de la manita a la línea de meta, junto a Piepoli, Beltrán, Samuel Sánchez y un sorprendente Antón. Las rampas no daban para más. Piepoli y Sastre lo intentaron mil veces, pero la falta de fuerzas a estas alturas de la temporada se unía a que no había porcentajes para romper la carrera. Ni mucho menos. El único estrago lo pudo causar la altitud, pues la meta estaba situada a 2.200 metros. Samuel, por ejemplo, llegó exhausto y se tuvo que agarrar a una valla para no caerse al suelo, como le ocurrió en la Volta a Catalunya cuando ganó a Vinokourov la última etapa.

Así que Menchov tiene la Vuelta en el bolsillo. La crono de Zaragoza, y las llegadas consecutivas a Cerler y Andorra han catapultado al ruso al maillot oro. Ha sido el mejor de los favoritos en la crono y nadie puede con él en la montaña. Ayer, antes del primer día descanso, Menchov dio un paso de gigante para anotarse su segunda Vuelta. Sastre, en cambio, lleva camino de quedarse fuera del podio pues Efimkin resistió y Evans también.

Samuel es sexto pero el podio se aleja, mientras que Antón, recuperado tras el varapalo del Tour, llegó con los mejores y es el primer vasco, 13º.