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Un documental homenajea a quienes trabajaron en el Peine del Viento

GARA | DONOSTIA

Las dificultades técnicas que entrañó la colocación del conjunto escultórico del Peine del Viento de Donostia han sido recogidas en un documental que pretende convertirse en un homenaje a todos los trabajadores que hicieron realidad este sueño de Eduardo Chillida. La autora de la producción es María Elósegui, hija del ingeniero José María Elósegui, encargado de dirigir la instalación de las piezas.

El conjunto escultórico, que nunca fue inaugurado y cuyo estreno pasó bastante inadvertido, tuvo un largo proceso de gestación, recogido ahora en esta película basada en los documentos que conserva el ingeniero.

La autora explicó que su objetivo era homenajear a todos los trabajadores que participaron en la instalación de estas tres enormes esculturas de acero que surgen de las rocas. Peones, canteros e ingenieros son recordados en este documental en el que planos y fotografías se combinan con los testimonios de numerosas personas que, según dijo, hicieron posible un proyecto de «dificultad notable». «El equipo trabajó como una trainera» para ejecutar esta idea de Chillida.

«Una historia muy larga»

El ingeniero José María Elósegui, por su parte, recordó que fue una «historia muy larga», que comenzó a gestarse en 1968, cuando una comisión ciudadana pidió a Chillida que diseñara una escultura dedicada a Donostia.

Este encargo dio lugar a una de las obras más emblemáticas del escultor, cuya instalación encontró numerosas dificultades, dado que hubo que preparar el terreno y adecuar las rocas sobre las que se empotraron las piezas de acero corten. Recordó que fue necesario «coser» por dentro las rocas para evitar que se quebraran, trabajar con «mareas difíciles» y utilizar también una pasarela a modo de puente para poder trasladar las esculturas, ya que no era posible moverlas en helicóptero por su gran peso.

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