Como quien no quiera la cosa, vuelve Mercedes Milá a ocupar espacio mediático al frente de uno de esos programas que, se quiera reconocer o no, marcó tendencias, inauguró un nuevo concepto de las relaciones entre los seres humanos y la televisión, y convirtió la intimidad en un material de consumo. Estamos hablando de «Gran hermano», en su novena edición, algo inusitado, algo que quizás nadie creyó en sus comienzos que pudiera mantener tan largo recorrido en un espacio televisivo tan marcado por las circunstancias y las audiencias.

Es precisamente la fidelidad la que ha hecho que se mantenga GH en las pantallas. Con tanta veteranía, estar por encima del veinte por ciento en su presentación en noche de domingo significa que no ha perdido su gancho, que sigue siendo competitivo y que desde Tele 5 afrontan esta nueva temporada sin ningún tipo de reticencias ni complejos.

Y se nota en la selección del personal. Los mecanismos del concurso son muy similares, y solamente a los más adictos les puede interesar, pero al común del televidente lo que nos puede llamar la atención es el paisanaje y debo confesar que solamente pude aguantar un tiempo, el suficiente para entender que los equipos de guionistas son verdaderamente agudos y que en la parte femenina, que es la que pude contemplar, han buscado un prototipo que pueda dar mucho juego ante las sesenta y siete cámaras instaladas en la remozada casa.

Dos gemelas (o eran mellizas), que una estará siempre oculta y que se llamarán ambas Rosa, pero solamente se relacionará cada vez una con el resto, hasta que alguien descubra el pastel. Un juego, obviamente, pero casi de comedia de Plauto, con perdón. Otra de las mujeres ingresada tiene solamente un cinco por ciento de visión, es decir plantea en el terreno del concurso una realidad social, y una discapacitada visual puede servir para desatar muchas contradicciones. Misses, fieras, sin tapujos, con ganas de fama y dinero. Un espectáculo desde la selección. Le seguirá el desarrollo y el tratamiento colateral a lo sucedido dentro. Es decir, el negocio de la novena mantenido en el tiempo y atravesando toda la parrilla de Tele 5. Como siempre.