Villepin se enfrenta de nuevo al caso Clearstream atacando a Sarkozy
El ex primer ministro francés Dominique de Villepin, inculpado en el caso Clearstream -que afecta también al actual presidente, Nicolas Sarkozy-, compareció ayer de nuevo ante los jueces de la investigación. De Villepin, una vez más, ha basado buena parte de su defensa en atacar a su gran rival, a quien acusa de confundir «gloria y poder» y de haber «privatizado» el dossier judicial en su beneficio.
Amer OUALI |
Tras un verano particularmente complicado, durante el cual De Villepin ha sido procesado por «complicidad en denuncias difamatorias» y «complicidad en el uso de falsificaciones», el ex primer ministro ha vuelto a poner de manifiesto su voluntad de batirse por su inocencia aportando «nuevos elementos» en un dossier que se ha convertido en un asunto de Estado.
Dominique de Villepin, uno de los pocos oponentes de Sarkozy en la derecha francesa, ha aprovechado la publicación de un libro sobre Napoleón para declarar a los medios de comunicación todo lo que piensa sobre quien hasta hace seis meses fue su ministro de Interior, culpable ante sus ojos de confundir «gloria y poder».
En una nota de 23 páginas dirigida a los jueces del caso Clearstream, a la que la agencia AFP ha tenido acceso, el ex jefe del Gobierno francés acusa al actual presidente de la República de haber «privatizado» el dossier en su beneficio.
«Se puede constatar la fuerza con la que Nicolas Sarkozy se ha presentado como víctima, incluso como única víctima de este asunto, así como la rapidez con la que ha lanzado sus ataques contra mí -afirma Villepin-, a pesar de no contar con ningún elemento de prueba concreto. Nicolas Sarkozy únicamente se apoya en un `pseudo móvil' político para acusarme».
Durante mucho tiempo hombre de confianza de Jacques Chirac, Dominique de Villepin fue en primer lugar ministro de Asuntos Exteriores, luego titular del Ministerio de Interior y finalmente primer ministro en 2005. Durante todo ese tiempo, y según lo expresado tanto ante la opinión pública como ante los jueces del caso, afirma que su único interés ha sido el de servir al país. En todo caso, ha sido cuestionado por varios de los protagonistas del caso.
Durante la vista de ayer, los jueces pretendían conocer si De Villepin estaba al tanto de las falsas acusaciones o si trató de un modo u otro de incriminar a Nicolas Sarkozy.
Entrevista
En una entrevista publicada ayer en el diario francés «L'Est Republicain», Villepin declaró que «no tiene nada que reprocharse a si mismo sobre este asunto», e insistió en que «no hay una dimensión política» en esta materia. Dominique de Villepin, que ostentaba el cargo de ministro de Asuntos Exteriores y posteriormente de ministro de Interior durante los hechos, ocurridos en 2003 y 2004, añadió que él actuó de acuerdo con sus responsabilidades en ambos puestos.
Villepin insistió en que espera que sus respuestas a los magistrados Jean Marie d'Huy y Henri Pons durante la vista «arrojen una nueva luz» sobre el caso Clearstream.
«Se puede constatar la rapidez con la que Nicolas Sarkozy ha lanzado sus ataques contra mí, a pesar de no contar con ningún elemento de prueba concreto. Únicamente se apoya en un pseudo `móvil´político para acusarme».
Villepin, que ostentaba el cargo de ministro de Asuntos Exteriores y posteriormente de ministro de Interior durante los hechos, ocurridos en 2003 y 2004, añadió que él actuó de acuerdo con sus responsabilidades en ambos puestos.
Dominique de Villepin podría pasar cinco años en prisión si es hallado culpable. El escandalo salió a la luz cuando un juez recibió un CD anónimo en el que se acusaba a Nicolas Sarkozy y a otras personalidades de usar un banco de Luxemburgo, el Clearstream, para ocultar los sobornos de la venta de 2.100 millones de euros en fragatas francesas vendidas a Taiwán en 1991.
La lista aportada resultó ser falsa y los investigadores enfocaron su atención hacia los que habían enviado el disco. Villepin se convirtió en sospechoso cuando preguntó al oficial de inteligencia, el general Philippe Rondot, que investigase en secreto el asunto. El ex primer ministro admitió haberle pedido a Rondot que investigase, pero negó haber tenido a Sarkozy como objetivo y también cualquier intento de difamarle.
Sin embargo, los rastros de los archivos borrados del ordenador de Rondot, que fueron recuperados por los investigadores a principios de este año, añadieron indicios a la investigación. Rondot habría escrito en los archivos que dos figuras claves habían dicho que Villepin, actuando según las órdenes de Chirac, les había dicho que hiciesen pública la lista de las cuentas bancarias secretas en las que se nombraba a Sarkozy.
Los investigadores registraron la casa de Dominique de Villepin y su oficina en julio. Según la ley francesa, los cargos preliminares significan que un jurado de investigación ha determinado que existen pruebas importantes de que puede haber una implicación en un delito. Esto les da tiempo a los magistrados para continuar la investigación que terminará en un juicio o en el levantamiento de los cargos.