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Los pumas ya han demostrado que tienen las garras muy afiladas

El Mundial de Rugby ha cumplido su primera semana. Todos los equipos han disputado al menos un partido -Argentina, Japón, Estados Unidos e Italia ya llevan dos- y es el momento de desgranar las primeras impresiones. Lo más llamativo, sin duda, la evolución de Argentina.

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Imanol INTZIARTE

Ya venían avisando. No es flor de un día y la selección Argentina lleva bastantes años instalada en la elite. Pero pocos pensaban que los albicelestes serían capaces de aguarles a los franceses la fiesta inaugural de París (12-17), a pesar de los precendentes en los últimos amistosos: cuatro victorias argentinas en cinco choques.

No siempre fue así. En la primera edición del Mundial, 1987, los Pumas fueron derrotados por Nueva Zelanda y Fidji, logrando vencer a Italia. Cuatro años más tarde, tres derrotas en tres partidos: Australia, Gales y Samoa. La historia se repitió en 1995: Inglaterra, Samoa otra vez e Italia. Con diferencias exiguas en casi todos los casos, pero siempre en contra.

La tendencia cambió en 1999. En la primera fase, tras caer ante Gales, sendas victorias sobre Samoa -a la tercera fue la vencida- y Japón le permitieron ser segunda de su grupo y acceder a un partido de repesca para entrar en cuartos. Rival, la siempre temible Irlanda. Mediada la segunda parte, los Pumas perdían por 24-15, pero 13 puntos en el último cuarto de hora dieron paso a la gesta, la primera victoria sobre uno de los grandes (24-28). El siguiente escollo, Francia, era demasiado grande en ese momento y Argentina cayó 47-26.

No le acompañó la suerte cuatro años más tarde. El sorteo emparejó a la albiceleste con Australia, Irlanda, Rumanía y Namibia. Los del trébol eran el rival a batir para entrar entre los dos primeros del grupo y, esta vez, la moneda cayó del lado irlandés (16-15). El resto, lo esperado: derrota ante los oceánicos y victoria frente a rumanos y namibios.

Mucha tela que cortar

Ahora suman ya dos victorias y nueve puntos. Paradójicamente, su próximo choque importante se disputará sin ellos en el césped. Lo jugarán Francia e Irlanda el próximo viernes. Si ganan los locales, Argentina e Irlanda disputarán el 30 de setiembre un choque que, caso de perder los sudamericanos, colocaría a las tres escuadras con tres victorias y una derrota. Habría que echar mano entonces de los bonus y de los averages para decidir la clasificación del grupo.

Si Irlanda derrota a Francia -lo que supondría la eliminación de los bleus-, Argentina e Irlanda dirimirían el último día del mes el liderazgo del grupo. Cuestión que tampoco es baladí, porque no es lo mismo enfrentarse a Nueva Zelanda que a Escocia o a Italia en cuartos de final.

En cuanto al resto de resultados, excepción hecha de la derrota francesa en el partido inaugural, no ha habido sorpresas respecto al ganador de cada choque. Siguiendo con el grupo D, Irlanda ofreció una pobre imagen ante los semi profesionales y amateurs de Namibia (32-17). «Fue la peor actuación en un largo tiempo. Fuimos muy, muy pobres y no puedo recordar la última vez que cometimos tantos errores de manejo», sentenció el entrenador Eddie O'Sullivan. En el grupo B, Gales salió a medio gas ante Canadá y lo pagó yendo a remolque hasta el minuto 52. Finalmente, los isleños se impusieron por un contundente 42-17.

Otros favoritos para estar entre los ocho mejores sí dejaron constancia de sus prestaciones. Australia, también en el grupo B, vapuleó a la débil Japón por un 91-3 que no necesita comentarios. Lo negativo para los Aussies fue la lesión de su ala Mark Gerrard, que se rompió los ligamentos de una rodilla y dijo adiós al torneo. En el grupo C, Nueva Zelanda ridiculizó a un equipo de Seis Naciones como Italia (76-14), mientras que la debutante Portugal cumplía con gran dignidad ante una buena Escocia (10-56).

Esta noche, Inglaterra-Sudáfrica

En el grupo A, Inglaterra y Sudáfrica abren esta noche la segunda semana de competición con un choque que decidirá los cruces de cuartos (21.00, París). El puesto de apertura inglés parece estar maldito. Olly Barkley, que en el choque inaugural ocupó el hueco del lesionado Jonny Wilkinsson, se ha lastimado el abductor de su pierna izquierda. Así que será Andy Farrell el portador del dorsal número diez.

En su estreno en el torneo, los ingleses -vigentes campeones- derrotaron a Estados Unidos por 28-10. Los de la rosa realizaron un juego decepcionante y lo pagaron con la imposibilidad de sumar un bonus. Por su parte, Sudáfica se mostró muy superior a Samoa (59-7). Dos nombres propios a destacar. Por un lado, el del ala sudafricano Bryan Habana, autor de cuatro ensayos.

Por otro, el del samoano Brian Lima, que saltó al césped en la segunda mitad convirtiéndose en el único jugador que ha disputado cinco mundiales. Desgraciadamente, tuvo que ser sustituído a los cuatro minutos de entrar al terreno de juego, después de realizar un placaje peligroso que le dejó noqueado.

Lima tenía sólo 19 años cuando debutó con la selección de Samoa en el Mundial de 1991, cuando su equipo derrotó a Gales por 16-13. «Fue como ser campeones mundiales», recuerda. Famoso por sus fuertes placajes, fuera del campo de juego es una persona modesta, padre de tres hijos. Uno de sus entrenadores le puso como apodo El Quiropráctico, y ese sobrenombre le quedó para siempre.

Tiene la intención de retirarse tras esta Copa del Mundo. El rugby fue lo primero en su vida durante mucho tiempo. Por ejemplo, no pudo estar en el nacimiento de su hijo más joven porque estaba disputando el Mundial de 2003, pero ahora planea equilibrar la balanza. «Ya estoy de vuelta. He estado muchos años jugando y creo que es la hora de regresar a casa. Cuando vuelva, tengo un negocio de alquiler de coches y será la hora de pasar más tiempo con mi familia», asegura.

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