La noticia saltaba estos días a los medios de comunicación: el director taiwanés Ang Lee ha decidido cortar media hora de las escenas de sexo más tórridas de su película «Lust, Caution». La cinta, recientemente merecedora del León de Oro en la Mostra de Venecia, es una historia de espionaje, violencia y erotismo en el Shangai de principios de los cuarenta, durante la II Guerra Mundial. Y al parecer, su «fuerte» contenido sexual no es plato para todos los gustos. Así que el bueno de Lee, para poder pasar intacto ante el yugo de la censura china, ha cortado la película. En el país asiático no existe un sistema de clasificación por edades y es la Administración Estatal de Radio, Cine y Televisión la encargada de censurar contenidos, con directrices tales como la que dice que «los filmes no adecuados para niños tampoco son adecuados para adultos». Con el tijeretazo a un metraje original de dos horas y 36 minutos, la película ha quedado «relativamente limpia», ha declarado el autor de «Brokeback Mountain». El director afincado en EE.UU. ha reconocido que le ha dolido cortarla, pero que su integridad está intacta. Escenas como la de un prolongado asesinato en el que la víctima no muere ni a tiros y una violación con la que el policía y la espía inician relaciones han sido, al parecer, algunas de las motivaciones que han llevado a los censores a actuar. Algunos directores, al alterar sus obras, ceden ante la censura, otros ante el mercado y ambos lo hacen quizá por un afán recaudatorio.

Por otra parte, la pasión de Ridley Scott por el arte del «versioneo» no tiene límites. Veinticinco años después de que «Blade Runner» fuera menospreciada por la crítica, el director británico parece saborear la venganza, o los nuevos ingresos, con la nueva versión, final dice él, de la cinta de ciencia ficción. Scott asegura que, tras los desastrosos pases previos al estreno oficial en junio de 1982, los productores le forzaron a cambiar el final por uno «más feliz». Por aquel entonces «Blade Runner» no obtuvo buenas críticas y su coincidencia en cartel con «E.T.», de Steven Spielberg hizo que desapareciera de los cines demasiado rápido. Gracias a la providencia, el vÍdeo y el dvd le han devuelto a la cinta su merecido prestigio. Hasta el momento hay ya unas cinco versiones de la película, pero Scott dice que su «Final Cut» -saldrá en edición de coleccionista este invierno- es «realmente lo que pretendía ser».